Hannah, la exploradora tímida



Hannah era una niña muy tímida y solía tener miedo de explorar cosas nuevas. Todos los días, su mamá la llevaba al jardincito para que pudiera jugar con otros niños.

Pero Hannah siempre se aferraba a su mano y no quería caminar sola. Un día, mientras caminaban hacia el jardincito, su mamá le preguntó: "¿Qué te gustaría hacer hoy en el jardín?". Hannah respondió tímidamente: "No sé, mamá. Solo quiero quedarme contigo".

Su mamá sonrió y le dijo: "Hannah, hay muchas cosas maravillosas que puedes descubrir en el camino al jardincito. ¿Quieres ver?"Hannah asintió lentamente con la cabeza y comenzaron a caminar por un camino diferente al que solían tomar.

En lugar de seguir la calle principal, se adentraron en un hermoso parque lleno de árboles altos y flores coloridas. "¡Mira las flores! Son tan hermosas", exclamó Hannah cuando vio los colores brillantes que adornaban el camino.

"Sí, son preciosas", confirmó su mamá. "Pero eso no es todo lo que hay aquí". Continuaron caminando por el parque hasta llegar a un pequeño riachuelo donde podían escuchar el sonido del agua corriendo.

"¡Es tan relajante!", dijo Hannah mientras se sentaban en una roca cerca del agua. De repente, salieron unas libélulas volando sobre el río. Era impresionante como sus alas batían rápidamente mientras volaban de flor en flor. "¡Mira las libélulas! Son increíbles", dijo Hannah emocionada.

"¡Sí! Y eso no es todo. Hay algo más que quiero mostrarte", dijo su mamá mientras la tomaba de la mano y comenzaban a caminar nuevamente. Finalmente, llegaron al jardincito donde había muchos niños jugando felices.

Hannah se sorprendió al ver que allí había un montón de cosas divertidas para hacer, como columpiarse en los juegos infantiles o jugar con pelotas. "Mamá, ¡quiero quedarme aquí! ¡Quiero jugar!", exclamó Hannah saltando emocionada. Su mamá sonrió y le dijo: "Claro que sí, cariño.

Pero recuerda siempre lo siguiente: hay muchas maravillas por descubrir en el camino hacia donde quieras ir".

Desde ese día en adelante, cada vez que iban al jardincito, Hannah estaba ansiosa por explorar todo lo que se encontraba en el camino hacia allí. Aprendió a ser curiosa y aventurera, disfrutando cada momento del viaje tanto como el destino final.

FIN.

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