Hansel y el Lobo en el Bosque Encantado
Había una vez un leñador llamado Fernando que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un denso bosque. Su vida era tranquila junto a su nueva esposa, Clara, y su hija pequeña, Gretel. Sin embargo, había un problema: el hijo de Fernando y su primera esposa, Hansel, había desaparecido durante años, y se decía que una malvada mujer llamada Blanca Nieves lo había convertido en un lobo feroz.
Un día, mientras Fernando cortaba leña, vio de repente aparecer una sombra aterradora entre los árboles. Era un gran lobo con ojos brillantes y pelaje oscuro. Fernando sintió un escalofrío, pero en el fondo de su corazón, sabía que ese lobo era su hijo Hansel.
"¡Hansel! ¿Eres tú?" – gritó Fernando, con la esperanza de que el lobo entendiera sus palabras.
El lobo se detuvo, mirándolo con los ojos llenos de tristeza. Al momento, Clara y Gretel se acercaron.
"Papá, ¿qué pasa?" – preguntó Gretel, asustada.
"Es Hansel, mi hijo. Creo que Blanca Nieves lo convirtió en este lobo para separarlo de mí" – explicó Fernando.
"Pero, ¿qué podemos hacer?" – inquirió Clara, preocupada.
Fernando recordó que en el fondo del bosque había un antiguo árbol mágico, conocido por ayudar a aquellos que estaban en problemas. Juntos, decidieron ir en busca de ese árbol para intentar liberar a Hansel de su maldición.
Al llegar al árbol, lo encontraron rodeado de criaturas del bosque, que estaban intrigadas por su presencia.
"Hola, viajantes. ¿Qué los trae aquí?" – preguntó un pequeño zorro con voz amigable.
"Buscamos el poder del árbol para ayudar a nuestro hijo, Hansel. Ha sido convertido en lobo por Blanca Nieves" – dijo Fernando con determinación.
El zorro los miró con compasión y les dijo:
"El árbol puede ayudar, pero deben traerle un objeto especial que represente el amor entre ustedes. Solo así podrá deshacer la maldición".
Gretel, en ese momento, abrió su mochila y sacó una pequeña caja de madera que había hecho en la escuela, en la cual guardaba sus mejores recuerdos y momentos felices.
"Esto es parte de nosotros, es nuestro amor como familia" – dijo Gretel, con la voz temblando de emoción.
El zorro asintió y, junto con otros animales del bosque, comenzaron una ceremonia alrededor del árbol. Mientras tanto, el lobo Hansel estaba cerca, observando todo con ojos llenos de amor.
"Hansel, si me escuchas, vuelve a nosotros. Eres parte de esta familia. Tu amor nos hará fuertes y romperá la maldición" – gritó Fernando con fervor.
El lobo aulló, y de repente, una luz brillante emergió del árbol, iluminando todo el bosque. Una ráfaga de viento sopló y transformó al lobo de nuevo en Hansel, quien se abalanzó sobre su padre y su hermana.
"¡Papá! ¡Gretel! ¡Los extrañé tanto!" – exclamó Hansel, mientras lo abrazaban con lágrimas de felicidad.
Clara sonrió, con el corazón rebosante de amor. Pero antes de que pudieran celebrarlo, Blanca Nieves apareció entre los árboles, furiosa y decidida a recuperar su poder.
"No pueden deshacer mi hechizo así como así" – dijo con voz amenazante.
"Ya no tienes dominio sobre nosotros, Blanca Nieves" – respondió Fernando con firmeza. "El amor y la unión de nuestra familia son más fuertes que cualquier mala magia".
Con un grito, Blanca Nieves intentó lanzar un hechizo, pero el árbol brilló aún más, protegiendo a la familia con su luz mágica. Al verse superada, Blanca Nieves se dio cuenta de que su poder solo podía prosperar en la división y la tristeza, y decidió alejarse para siempre del bosque.
Después de la batalla, la familia se abrazó y se sintió más unida que nunca. Juntos, volvieron a su hogar y vivieron felices, superando las dificultades del pasado. Hansel aprendió que el amor siempre es más poderoso que el miedo y la oscuridad.
Y así, el leñador, su esposa, sus hijos y el bosque encantado vivieron en paz, recordando que el verdadero poder reside en la unión familiar y el amor que se comparte, dejando atrás las sombras del pasado.
FIN.