Hansel y Gretel y la casa de los valores
Hansel y Gretel vivían en un pequeño pueblo rodeado de un frondoso bosque.
Un día, la madre de los niños, preocupada por la situación económica de la familia, decidió llevarlos al bosque y dejarlos allí, con la esperanza de que no regresaran. Hansel, astuto como era, dejó un rastro de migas de pan para poder encontrar el camino de vuelta a casa. Sin embargo, las aves del bosque se comieron las migas y los niños se encontraron perdidos.
Después de horas de caminar, llegaron a una casa hecha de chocolates, dulces y caramelos. "¡Mira, Gretel, una casa mágica!" exclamó Hansel emocionado.
Sin embargo, la dueña de la casa, una anciana amable llamada Dora, les explicó que esa casa no era mágica, sino que había sido construida con mucho esfuerzo y dedicación. Dora les contó que los dulces representaban los valores más importantes de la vida: la amistad, la generosidad, el trabajo duro y la honestidad.
Asombrados por las palabras de Dora, Hansel y Gretel aprendieron la importancia de esos valores. Finalmente, con la ayuda de Dora, los niños lograron regresar a su hogar.
A partir de ese día, Hansel y Gretel valoraron y practicaron los principios que habían aprendido en la casa de Dora, convirtiéndose en dos niños ejemplares que inspiraron a todo el pueblo con sus acciones solidarias.
FIN.