Harry Potter y el Desafío del Coraje
En el mágico mundo de Hogwarts, Harry Potter, el joven mago, se preparaba para un nuevo año escolar. Esta vez, el tema del curso era el coraje y el valor. El director, el querido profesor Dumbledore, había planeado actividades especiales para que los estudiantes aprendieran sobre la importancia de enfrentar sus miedos.
Una vez comenzado el curso, Harry, junto con sus amigos Ron y Hermione, descubrió que había un desafío especial, un concurso que seguiría el hilo del tema del año: "El Desafío del Coraje". Los tres amigos decidieron participar.
"¿Qué contiene el desafío?" - preguntó Ron, curioso.
"No lo sé, pero estuve leyendo en la biblioteca, parece que tendremos que superar pruebas de valentía" - contestó Hermione, entusiasmada.
Los participantes debían atravesar diferentes estaciones en el bosque prohibido, cada una representando un miedo básico que todos enfrentaban: la oscuridad, la soledad y el rechazo. Al ser brillantes magos, Harry, Ron y Hermione se sentían confiados, pero no sabían lo complicado que resultaría.
El primer reto fue pasar a través de un túnel sombrío, lleno de ilusiones que ensombrecían la mente. Las sombras parecían hablarles:
"¿Tienes miedo de la oscuridad, Harry?"
"No, podría estar en mi varita, solo tengo que confiar en mis habilidades" - respondió Harry con firmeza.
A pesar de sentir escalofríos, se concentró en su varita y chantó un hechizo que iluminó el túnel, lo que les permitió avanzar.
En la siguiente etapa, encontraron una habitación vacía. Mientras exploraban, un murciélago apareció de repente, asustando a Ron.
"¡Ay! ¡Ay! ¡Quiero salir!" - gritó, aterrorizado.
"¡Ron, no! ¡No podemos huir del miedo!" - lo instó Hermione.
"Tené valor. ¡Está solo!" - añadió Harry.
Después de un rato, Ron respiró hondo y comprendió que el murciélago no era peligroso. Al enfrentarlo con curiosidad, se dio cuenta de que era inofensivo y que debía aprovechar este momento para aprender.
Finalmente, llegaban a la última etapa. Aquí debían formar una línea y enfrentarse a un espejo mágico que reflejaba sus mayores inseguridades. Al acercarse, el espejo mostró imágenes de ellos mismos fallando en situaciones importantes.
"¡No! Eso no somos nosotros. Hemos superado muchas cosas" - exclamó Harry.
"Sí, ¡no dejen que el espejo dicte quienes somos!" - agregó Hermione.
Así que, juntos, decidieron mirar al espejo con orgullo. En ese momento, el espejo estalló en mil pedazos y la última prueba fue superada.
Al final, regresaron a la sala común de Gryffindor y se dieron cuenta de que habían aprendido mucho más sobre ellos mismos. Dumbledore los esperaba con una gran sonrisa.
"¿Qué aprendieron, jóvenes magos?"
"Que la valentía no es ausencia de miedo, sino afrontar lo que nos asusta" - respondieron al unísono.
Todos se rieron y celebraron su victoria. Aquella experiencia les enseñó que enfrentarse a lo que temían era lo que realmente los hacía valientes. Y así, cada uno de ellos se sintió un poco más fuerte, listo para afrontar cualquier desafío que la vida les deparara en el futuro.
FIN.