Harry y la sorpresa de la selva



Harry era un niño curioso que vivía en la selva misionera, rodeado de árboles frondosos, animales salvajes y frutas silvestres.

Un día, mientras recogía las deliciosas frutas que la selva le ofrecía, Harry tuvo una brillante idea: ¿por qué no crear alimentos deliciosos con las frutas que encontraba? Decidido a llevar a cabo su plan, Harry se puso manos a la obra.

Con la ayuda de su abuela, quien conocía todos los secretos de la selva, aprendió a preparar mermeladas, jugos y postres con las frutas silvestres. Durante su aventura, Harry conoció a nuevos amigos, como el simpático perezoso Marcelo, que le enseñó a trepar árboles para buscar las frutas más dulces. Sin embargo, no todo fue fácil.

En su camino, Harry se encontró con desafíos inesperados, como la travesura de los monos traviesos que querían robar sus delicias de frutas. Con ingenio y valentía, Harry logró superar cada obstáculo.

Al final, gracias a su esfuerzo y creatividad, Harry logró hacer una gran fiesta con los deliciosos alimentos que creó. La noticia de sus creaciones se extendió por toda la selva, inspirando a otros niños a explorar y disfrutar de los tesoros escondidos entre los árboles.

Harry comprendió que, con determinación y trabajo duro, podía transformar simples frutas silvestres en delicias que alegraban a todos.

Desde entonces, cada vez que Harry andaba por la selva, compartía su conocimiento culinario con otros niños, despertando en ellos la misma pasión por la naturaleza y la creatividad. Los niños se unían para crear nuevos platos con las frutas silvestres, fortaleciendo su amistad y elevando el espíritu de la selva misionera.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!