Héctor y el viaje de las letras cósmicas


Había una vez un niño llamado Héctor, que tenía tan solo 3 años y vivía en la Tierra. Un día, mientras jugaba en su habitación, Héctor olvidó por completo su nombre.

Intrigado y un poco triste, decidió embarcarse en una aventura espacial para encontrar su identidad perdida. Subió a su nave espacial de juguete y despegó hacia el infinito universo. El primer planeta al que llegó fue Marte.

Allí, los marcianos le dieron la letra —"H"  de su nombre y lo describieron como —"Hermoso" . Luego, visitó Venus, donde las venusianas le otorgaron la letra —"E"  y lo llamaron —"Encantador" . El siguiente destino fue Júpiter.

Los jupiterianos le entregaron la letra —"C"  y lo calificaron como —"Curioso" . Después viajó a Saturno, donde los saturninos le ofrecieron la letra —"T"  y lo describieron como —"Tierno" .

Sin embargo, cuando llegó a Neptuno, se dio cuenta de que aún faltaba una letra para completar su nombre: ¡la O! Desesperado por encontrarla antes de regresar a casa, decidió buscar ayuda en el último planeta del sistema solar: Plutón.

En Plutón conoció al amable pluntoniano Pipo, quien se apiadó de él y prometió ayudarlo a conseguir esa última letra tan importante. Juntos emprendieron un viaje hasta el misterioso planeta Orion. Al llegar a Orion, Héctor quedó maravillado por sus brillantes estrellas y constelaciones. Fue entonces cuando conoció a Olivia, la simpática habitante de Orion.

Ella le regaló la tan ansiada letra —"O"  y lo describió como —"Original" . Lleno de alegría y gratitud, Héctor regresó a su hogar en la Tierra. Ahora tenía todas las letras de su nombre: H-E-C-T-O-R.

Pero no solo eso, también había aprendido valiosas lecciones durante su viaje. Héctor entendió que cada planeta representaba una cualidad especial que él poseía dentro de sí mismo. Aprendió a ser hermoso como Marte, encantador como Venus, curioso como Júpiter y tierno como Saturno.

Pero sobre todo, gracias al planeta Orion y a Olivia, descubrió que era original. Entendió que no necesitaba ser igual a los demás para ser valioso y único.

Desde aquel día, Héctor nunca más olvidaría su nombre ni dejaría que nadie le hiciera sentir menos importante. Siempre recordaría las palabras de Olivia: "Eres original, Héctor". Y así viviría feliz para siempre en la Tierra. Fin

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