Hermanas de danza



Había una vez dos hermanas llamadas Luciana e Isabella. Vivían separadas porque su mamá tenía que trabajar lejos, pero siempre se comunicaban y se contaban todas sus aventuras. Luciana era una niña muy especial.

Era espontánea, alegre y auténtica. Le encantaba pasar tiempo en su jardín, rodeada de flores y mariposas. Cada día salía a explorar, descubriendo nuevos rincones llenos de magia y diversión. Isabella, por otro lado, amaba bailar.

Desde pequeña había mostrado un talento innato para el baile. Cada vez que escuchaba música, no podía evitar moverse al ritmo de la melodía. Bailaba con tanta gracia y pasión que todos quedaban fascinados al verla.

A pesar de estar separadas físicamente, Luciana e Isabella nunca dejaron que la distancia las afectara demasiado. Siempre encontraban la manera de compartir sus experiencias y mantenerse cerca en corazón.

Un día, mientras Luciana jugaba en su jardín, encontró una carta misteriosa debajo de una piedra grande. La abrió emocionada y leyó: "Querida Luciana e Isabella: he organizado una sorpresa especial para ustedes". Luciana no podía creer lo que estaba leyendo.

¿Una sorpresa? Estaba tan emocionada que corrió dentro de su casa para llamar a Isabella. "¡Isa! ¡Tienes que venir rápido! ¡Hay una sorpresa para nosotras!"- exclamó Luciana emocionada. Isabella también estaba entusiasmada por la noticia.

"¡No puedo esperar para descubrir qué es! ¡Voy a tomar el próximo tren y llegaré lo más pronto posible!"Después de un largo viaje, finalmente llegó el día de la sorpresa. Luciana e Isabella se encontraron en un parque hermoso, rodeado de árboles altos y coloridas flores.

"¡Hermanita!"- exclamó Luciana mientras abrazaba a Isabella con fuerza. "¡Qué felicidad poder estar juntas otra vez!"Isabella también estaba emocionada. "¡Te extrañé tanto, Luchi! Ahora cuéntame, ¿qué será esta sorpresa?"Justo en ese momento, sus papás aparecieron detrás de los árboles con una gran sonrisa en sus rostros.

María y Daniel habían organizado un gran espectáculo de baile solo para ellas dos. La música comenzó a sonar y Luciana e Isabella se miraron con alegría.

Sin pensarlo dos veces, empezaron a bailar al ritmo de la melodía. Sus movimientos eran perfectamente sincronizados, como si estuvieran conectadas por magia. El público presente no podía creer lo que veían. Estaban asombrados por la gracia y talento de las hermanas bailarinas.

Al terminar su presentación, Luciana e Isabella recibieron una ovación de pie. Todos los presentes estaban maravillados por su increíble actuación. Desde ese día, Luciana e Isabella siguieron compartiendo su amor por la danza.

Juntas crearon coreografías maravillosas y participaron en competencias donde siempre dejaban huella con su talento único. La distancia ya no era un obstáculo para ellas. Aunque vivían lejos, siempre encontraban la manera de estar juntas y seguir compartiendo su pasión por el baile.

Y así, Luciana e Isabella demostraron al mundo que cuando se tiene amor y pasión por algo, nada puede separar a las personas que se aman de verdad.

FIN.

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