Hermanas vigilantes



Había una vez en un pequeño pueblo, dos hermanas llamadas Antonella y Bianca. Antonella era una niña muy responsable y madura para su edad, mientras que Bianca era una pequeña traviesa llena de energía.

Una tarde soleada, las dos hermanas decidieron ir al parque a jugar juntas. Antonella llevó consigo algunos libros para leer mientras se sentaba bajo el árbol, mientras que Bianca corrió directo al arenero para jugar con sus juguetes.

Después de un rato, Antonella notó que su hermana no estaba en el arenero. Buscó por todo el parque pero no logró encontrarla. Comenzó a preocuparse y decidió preguntarle a los demás niños si la habían visto. Pero nadie sabía dónde estaba Bianca.

Antonella comenzó a sentirse asustada y sola sin su hermana menor cerca. De repente, escuchó risas provenientes del otro lado del parque. Corrió hacia allí y vio a Bianca jugando felizmente con unos niños mayores.

- ¡Bianca! ¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó Antonella con sorpresa. - Estoy jugando con mis nuevos amigos -respondió Bianca sonriendo ampliamente.

Antonella se sintió orgullosa de su hermana menor por hacer nuevos amigos, pero también preocupada por haberla perdido de vista durante tanto tiempo. - Bianca, es importante que me digas cuando te alejas para jugar con otros niños -dijo Antonella seriamente-. Siempre debemos estar atentos el uno al otro para mantenernos seguros.

Bianca asintió comprendiendo lo que le decía su hermana mayor. Las dos se tomaron de la mano y regresaron a casa juntas, hablando sobre lo divertido que había sido el día en el parque.

Desde ese día, Antonella y Bianca aprendieron a estar más atentas la una con la otra y a comunicarse mejor para mantenerse seguras y felices. Y así, continuaron creando recuerdos felices juntas, siempre recordando lo importante que es cuidar uno del otro.

FIN.

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