Hermanos de Corazón
Había una vez en un pequeño pueblo de Nicaragua, un niño llamado Mateo que vivía con su madre. A pesar de las dificultades económicas, siempre tenía una sonrisa en el rostro y un gran amor por el fútbol.
En las calles polvorientas del pueblo, pasaba horas jugando al fútbol con sus amigos. Un día, llegó a la escuela un nuevo estudiante llamado Alejandro, quien venía de Venezuela.
Alejandro también era un apasionado del fútbol y rápidamente se hicieron amigos. Se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y compartían la misma pasión por el deporte.
Los dos niños se volvieron inseparables, pasaban todo su tiempo libre jugando al fútbol y soñando con convertirse en grandes futbolistas algún día. Mateo estaba en primero de la ESO mientras que Alejandro cursaba cuarto grado de primaria. Un día, para sorpresa de todos, las madres de Mateo y Alejandro ganaron la lotería.
Con el dinero del premio, pudieron comprar la casa de sus sueños en una zona tranquila del pueblo. Las dos familias decidieron mudarse juntas a su nueva casa.
Desde ese momento, Mateo y Alejandro se convirtieron no solo en mejores amigos sino en hermanos. Compartían todo: alegrías, tristezas, sueños y ahora incluso el mismo techo.
La nueva casa les brindó comodidad y seguridad, pero lo más importante fue el amor y la unión que reinaba entre todos los miembros de la familia.
Una tarde soleada, mientras jugaban al fútbol en el patio trasero de su nueva casa, Mateo le dijo a Alejandro:- ¡Sabes qué Alejandro? Aunque nuestras madres hayan ganado la lotería y tengamos esta linda casa nueva, lo más valioso es tenernos el uno al otro como hermanos! Alejandro asintió emocionado y abrazó a Mateo con fuerza.
Ambos sabían que la verdadera riqueza no estaba en el dinero o las posesiones materiales, sino en el cariño sincero y la amistad verdadera que habían cultivado juntos.
Y así continuaron viviendo felices Mateo y Alejandro; dos niños provenientes de diferentes países que se encontraron gracias al destino para demostrarle al mundo que lo más importante siempre será tener a alguien especial con quien compartir los momentos más importantes de la vida: un amigo verdadero.
FIN.