Hermanos en armonía
Había una vez dos hermanos llamados Nicolas y Teodoro. Eran muy unidos y siempre se divertían juntos. Sin embargo, había algo que les molestaba mucho: su hermano menor, Lautaro. Lautaro era un niño inquieto y travieso.
Siempre estaba metiéndose en problemas y molestando a sus hermanos mayores. Les tiraba de los pelos, les escondía los juguetes y siempre interrumpía cuando estaban hablando. Un día, Nicolas y Teodoro decidieron hablar con sus padres sobre la situación.
Les explicaron cómo Lautaro los molestaba constantemente y cómo eso afectaba su relación como hermanos.
Sus padres comprendieron lo que sentían Nicolas y Teodoro, pero les dijeron algo que los sorprendió: "Tener un hermano molesto puede ser difícil, pero también puede ser una oportunidad para aprender lecciones importantes". Nicolas y Teodoro no entendieron muy bien qué querían decir sus padres, pero decidieron darle una oportunidad a la idea.
Desde ese día, cada vez que Lautaro intentaba molestarlos, ellos respondían con cariño y paciencia. En lugar de enfadarse o pelear con él, trataban de entender por qué actuaba así. Un día, mientras jugaban en el parque, Lautaro comenzó a tirarles arena a sus hermanos mayores.
En lugar de enfadarse como solían hacerlo antes, esta vez decidieron preguntarle qué le pasaba. "¿Por qué nos estás tirando arena? ¿Hay algo que te preocupa?", preguntó Nicolas con calma.
Lautaro bajó la mirada y murmuró: "Me siento solo y quiero que ustedes jueguen conmigo". Nicolas y Teodoro se miraron el uno al otro, sintiendo compasión por su hermano menor. Se dieron cuenta de que Lautaro no estaba intentando molestarlos a propósito, simplemente quería atención y compañía.
"Lautaro, entendemos que te sientas solo a veces. Pero no es la mejor manera de pedirnos ayuda", dijo Teodoro. "Si nos lo hubieras pedido de otra forma, con gusto habríamos jugado contigo", agregó Nicolas. Lautaro pareció sorprendido por la respuesta de sus hermanos mayores.
Nunca antes le habían respondido así. A partir de ese día, Nicolas y Teodoro comenzaron a pasar más tiempo con Lautaro. Jugaban juntos, compartían sus secretos y se aseguraban de incluirlo en todo lo que hacían.
Con el tiempo, Lautaro dejó de ser un hermano molesto para convertirse en un amigo leal. Aprendió a expresar sus emociones sin molestar a los demás y comprendió la importancia de respetar los espacios personales.
La relación entre los tres hermanos creció cada día más fuerte gracias al amor y la paciencia que mostraron unos hacia otros.
Y así fue como Nicolas, Teodoro y Lautaro descubrieron que incluso las situaciones difíciles pueden convertirse en oportunidades para aprender lecciones valiosas sobre el amor fraternal y el respeto mutuo.
FIN.