Hernancito y la costumbre asquerosa


Hernancito era un niño muy curioso y siempre estaba explorando el mundo que lo rodeaba.

Sin embargo, había una costumbre que tenía desde que era pequeño y que no podía dejar: se comía los mocos todas las noches antes de dormir. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, uno de ellos le preguntó:"Hernancito, ¿por qué te comes los mocos todas las noches?"Hernancito se sonrojó y bajó la cabeza sin saber qué responder.

Sus amigos comenzaron a reírse y burlarse de él. "¡Eres asqueroso! ¡No puedes seguir haciendo eso!" - dijo uno de sus amigos.

Hernancito se sintió mal por las palabras de sus amigos pero no sabía cómo dejar esa costumbre. Fue entonces cuando recordó a su abuela, quien siempre le había contado historias inspiradoras para ayudarlo en momentos difíciles. Decidió ir a visitarla para pedirle consejo sobre cómo dejar de comerse los mocos.

Su abuela lo recibió con una gran sonrisa y le dijo:"Hernancito, sé que eres un niño muy especial y tienes muchas cualidades maravillosas. Pero esta costumbre puede hacerte daño a ti mismo.

"Hernancito asintió con la cabeza mientras escuchaba atentamente las palabras de su abuela. "Quiero enseñarte algo importante", continuó su abuela. "Cada vez que sientas la tentación de comerte los mocos, piensa en algo bueno que hayas hecho durante el día o alguna actividad divertida que quieras hacer mañana.

"Hernancito siguió el consejo de su abuela y cada vez que sentía la tentación de comerse los mocos, pensaba en algo positivo. Con el tiempo, logró dejar esa costumbre atrás.

Un día, mientras jugaba con sus amigos nuevamente en el parque, Hernancito se sintió orgulloso al contarle a sus amigos cómo había superado su hábito de comerse los mocos. "¡Eres increíble!" - dijo uno de sus amigos. "Deberías ser un ejemplo para todos nosotros.

"Desde ese día, Hernancito se convirtió en un modelo a seguir para sus amigos y aprendió que siempre es posible superar las dificultades si se tiene la actitud correcta.

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