Herning, el Nomo Carpintero
El hombre se acercó a la casa del árbol con curiosidad. Nunca había visto algo tan lindo en su vida. Pero cuando miró más de cerca, notó que la puerta estaba entreabierta y alguien estaba adentro.
- ¿Hola? - dijo el hombre tímidamente. De repente, salió un pequeño ser animal de la casa del árbol. Era un nomo llamado Herning. - ¡Saludos! - dijo Herning con una gran sonrisa en su rostro-.
¿Quién eres tú? - Soy un viajero que camina por aquí - respondió el hombre-. ¿Y tú quién eres? - Me llamo Herning y soy el dueño de esta hermosa casa del árbol - dijo Herning orgullosamente-.
¿Quieres verla por dentro? El hombre asintió emocionado y entró en la casa del árbol. Era pequeña pero muy acogedora. Había libros, velas y muchos muebles hechos a mano. - ¡Es increíble! - exclamó el hombre impresionado-.
¿Cómo hiciste todo esto? Herning le contó al hombre sobre cómo él mismo construyó cada rincón de su hogar y cómo aprendió todas las habilidades necesarias para hacerlo.
- Siempre me ha gustado aprender cosas nuevas y crear cosas con mis propias manos - explicó Herning mientras enseñaba al hombre sus herramientas de carpintería. El hombre se sorprendió por lo talentoso que era este pequeño ser animal. Decidió quedarse un rato más para escuchar más historias inspiradoras sobre las aventuras de Herning.
Sin embargo, cuando estaban charlando tranquilos, un fuerte viento comenzó a soplar y la casa del árbol empezó a tambalearse. - ¡Oh no! - exclamó Herning asustado-. La casa del árbol está en peligro. Necesitamos hacer algo rápido.
El hombre se ofreció a ayudar y juntos lograron afianzar la estructura de la casa del árbol para que no se cayera con el viento. - Gracias por tu ayuda - dijo Herning aliviado-. No sé qué habría hecho sin ti.
- No hay problema, amigo - respondió el hombre sonriendo-. Me encanta ayudar cuando puedo. Y aprendí mucho de ti hoy. Eres una gran inspiración. Herning sonrió felizmente mientras despedía al hombre.
Había encontrado un nuevo amigo y estaba contento de haber compartido su hogar y sus conocimientos con él.
El hombre, por su parte, se fue con una nueva perspectiva sobre la vida y el valor de aprender habilidades nuevas y trabajar duro para alcanzar nuestros sueños.
FIN.