Héroes del Planeta
Había una vez un niño llamado Tomás, que tenía 3 años y vivía en una pequeña ciudad rodeada de naturaleza.
Un día, mientras jugaba en el jardín, vio a su mamá reagarrar los papeles y botellas vacías que había tirado al suelo. "- Mamá, ¿por qué estás reagarrando eso?", preguntó Tomás curioso. "- Estoy cuidando el planeta, hijo. Si dejamos basura por todas partes, dañamos la naturaleza", explicó su mamá.
Tomás se quedó pensando en las palabras de su mamá y decidió que también quería aprender a cuidar el planeta. Así que comenzó a observar todo lo que hacían las personas para proteger el medio ambiente.
Un día, mientras caminaba por el parque con su papá, vio a un grupo de niños plantando árboles.
Se acercó corriendo y les preguntó:"- ¿Por qué están plantando esos árboles?"Uno de los niños le respondió: "- Estamos ayudando al planeta porque los árboles nos dan oxígeno y purifican el aire". Tomás se emocionó con esa idea y decidió que también quería plantar árboles. Le pidió a sus padres que lo ayudaran a conseguir semillas y juntos comenzaron a sembrar pequeños arbolitos en macetas.
Conforme pasaban los días, Tomás iba aprendiendo más sobre cómo cuidar el planeta. Descubrió que podía ahorrar energía apagando las luces cuando no las necesitaba o cerrando bien la canilla del agua para evitar desperdiciarla.
Un día, mientras paseaba por la playa con su abuelo, vio a unos niños reagarrando plásticos y bolsas que estaban tiradas en la arena.
Se acercó corriendo y les preguntó:"- ¿Por qué están reagarrando basura?"Uno de los niños le respondió: "- Estamos cuidando el mar porque muchos animales marinos se enferman si comen plástico". Tomás comprendió lo importante que era no dejar basura en lugares equivocados y decidió organizar una campaña para limpiar su ciudad.
Junto con sus amigos del jardín de infantes, salieron con guantes y bolsas a reagarrar toda la basura que encontraron. La noticia de la campaña de Tomás se extendió rápidamente por toda la ciudad y muchas personas se unieron para ayudarlo.
Juntos lograron recolectar toneladas de basura y dejar la ciudad más limpia que nunca. El esfuerzo de Tomás fue reconocido por todos y recibió un premio especial por ser un niño ejemplar en el cuidado del planeta.
Pero lo más importante para él fue saber que estaba haciendo algo bueno por el mundo en el que vivía. Desde aquel día, Tomás siguió aprendiendo sobre cómo cuidar el planeta y enseñaba a otros niños todo lo que sabía.
Juntos, trabajaban cada vez más duro para asegurarse de tener un mundo limpio y saludable para ellos mismos y las generaciones futuras.
Y así, gracias al pequeño Tomás, todos aprendieron que no importa cuán pequeños sean, siempre pueden hacer una gran diferencia cuando se trata de cuidar nuestro querido planeta Tierra.
FIN.