Héroes sin capa



Un día, Mateo y Valentina estaban jugando en su habitación cuando escucharon un ruido extraño afuera de la ventana.

Se acercaron para ver qué era y vieron a un hombre vestido con una capa roja y una máscara azul volando por el cielo. - ¡Mira, Valen! ¡Es un superhéroe! -exclamó Mateo emocionado. Valentina se asombró al ver al hombre volar tan alto y rápido por el cielo. Los dos hermanitos decidieron que querían ser como él algún día.

Esa noche, mientras cenaban con sus padres, les contaron sobre el superhéroe que habían visto. - ¿Cómo se llama? ¿Qué hace? -preguntó su papá curioso.

Mateo y Valentina no sabían mucho sobre él, así que pidieron a sus padres que les ayudaran a investigar más sobre los superhéroes. Juntos, buscaron en Internet e incluso encontraron algunos cómics sobre ellos. A partir de ese momento, Mateo y Valentina comenzaron a jugar juntos imaginando ser superhéroes.

Cada uno tenía su propio poder especial: Mateo podía correr muy rápido y saltar muy alto; mientras que Valentina tenía una fuerza increíble para levantar cosas pesadas. Pero pronto descubrieron algo importante: no necesitaban tener poderes especiales para ser héroes todos los días.

Podían hacer cosas pequeñas pero significativas como ayudar a alguien que lo necesitaba o decir palabras amables para alegrarle el día a alguien triste.

Un día, mientras caminaban por la calle después de comprar helados con sus padres, vieron a una señora mayor que estaba tratando de cruzar la calle, pero los autos pasaban muy rápido y no se atrevía a avanzar. - ¡Miren! ¡Ella necesita ayuda! -dijo Valentina.

Mateo y Valentina tomaron cada uno una mano de la señora y con mucho cuidado la ayudaron a cruzar la calle. La señora les dio las gracias con una sonrisa enorme en su rostro. - Ustedes son mis héroes -les dijo antes de seguir su camino.

Los hermanitos se sintieron muy orgullosos de sí mismos por haber ayudado a alguien más. Aprendieron que ser un héroe no siempre significa tener poderes especiales o luchar contra villanos, sino hacer cosas buenas por los demás todos los días.

Desde entonces, Mateo y Valentina siguieron jugando juntos como superhéroes, pero también recordaron que podían ser héroes sin necesidad de capas o máscaras.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1