Hipólito y la casa del árbol



Había una vez un monstruo llamado Hipólito que vivía en el bosque más grande de Argentina. A pesar de su apariencia aterradora, era muy amable y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un grupo de niños jugando con una pelota. Al verlos tan felices, Hipólito decidió acercarse para jugar con ellos. "Hola chicos ¿puedo jugar con ustedes?" -preguntó Hipólito.

Los niños al principio se asustaron al ver a un monstruo pero luego de unos segundos se dieron cuenta que no era peligroso y le dijeron que sí.

Jugaron juntos durante horas hasta que uno de los niños le preguntó:"Hipólito, ¿dónde vives?""Vivo en una cueva del bosque" -respondió el monstruo. "¡Eso es genial! Pero nosotros tenemos algo aún mejor: ¡una casa en el árbol!" -exclamaron los niños emocionados.

Hipólito nunca había escuchado hablar de casas en los árboles y quedó fascinado por la idea. Así que les pidió a los niños si podía ir a verla y ellos aceptaron encantados. Cuando llegaron a la casa del árbol, Hipólito quedó impresionado por lo hermosa y divertida que era.

Los niños le mostraron cómo subir las escaleras y cómo disfrutar del paisaje desde allí arriba. "¡Esto es increíble! Me encantaría tener mi propia casa en un árbol" -dijo Hipólito.

Los niños le dijeron que podía construir una y que ellos lo ayudarían. Entonces, Hipólito les pidió un poco de ayuda para encontrar el lugar perfecto donde construir su casa en el árbol. Después de buscar por todo el bosque, encontraron un árbol grande y fuerte cerca del mar.

Los niños ayudaron a Hipólito a recolectar ramas y hojas para hacer la casa más cómoda y acogedora. Hipólito se divirtió mucho construyendo su nueva casa en el árbol con los niños.

Y cuando terminaron, se sintió muy feliz al ver lo bien que había quedado gracias a la colaboración de todos. De repente, una tormenta empezó a soplar y las olas del mar eran cada vez más grandes.

Los niños estaban preocupados porque no querían que Hipólito perdiera su nueva casa en el árbol debido al mal tiempo. "¡Hipólito! ¡Ven con nosotros! No queremos que te pase nada!" -dijeron los niños angustiados.

Pero Hipólito sabía que su casa era segura gracias a la firmeza del árbol donde estaba construida. Les dijo a los niños:"No se preocupen chicos, mi casa está hecha para resistir cualquier tormenta. Además, tengo una vista increíble del mar desde aquí arriba".

Y así fue, mientras la tormenta seguía afuera, Hipólito disfrutaba desde su confortable hogar en el árbol de la vista panorámica del mar agitado pero seguro dentro de su cálido hogar hecho por él mismo y sus nuevos amigos.

Desde ese día en adelante, Hipólito siempre recordó la importancia de trabajar en equipo y de no tener miedo a probar cosas nuevas. Aprendió que, aunque parezca imposible al principio, siempre hay una forma de lograr lo que uno se propone gracias al esfuerzo y la colaboración.

Y así Hipólito vivió feliz por siempre en su casa en el árbol cerca del mar rodeado de amigos.

FIN.

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