Hipopótamo marciano en apuros



Había una vez tres amigos llamados Lauti, Alba y Jere. Siempre estaban buscando aventuras emocionantes, pero esta vez decidieron hacer algo realmente especial: navegar en el océano. Los tres amigos se prepararon para su gran aventura.

Empacaron todo lo que creían que necesitarían: protector solar, comida y agua suficiente para varios días. Pero había un problema: olvidaron llevar un barco. - ¡Qué tontos somos! -exclamó Lauti-.

¿Cómo vamos a navegar sin un barco? - No sé -dijo Alba-. Tal vez podemos construir uno con troncos y ramas. Jere no estaba seguro de que esa fuera una buena idea, pero decidió seguir adelante de todos modos.

Después de horas de trabajo duro, finalmente terminaron su —"barco"  improvisado y se lanzaron al mar abierto. Pero pronto descubrieron que habían subestimado la fuerza del océano. Las olas eran altas y el viento era fuerte, y su frágil embarcación comenzó a tambalearse peligrosamente.

- ¡Esto es demasiado peligroso! -gritó Lauti-. Tenemos que volver a tierra firme antes de que sea demasiado tarde. Pero justo cuando pensaban que todo estaba perdido, algo extraño apareció en el horizonte: un hipopótamo marciano flotando en el agua frente a ellos.

Los tres amigos no podían creer lo que veían.

¿Cómo había llegado allí ese animal? Y lo más importante, ¿podría ser comestible? Después de discutirlo durante unos minutos, decidieron que no tenían nada que perder y se lanzaron a devorar al hipopótamo. Para su sorpresa, resultó ser delicioso. - Este es el mejor hipopótamo que he probado en mi vida -dijo Jere mientras se limpiaba la boca con una servilleta improvisada. Pero luego, el hipopótamo habló.

Sí, habló. - Hola amigos -dijo con una voz profunda-. Soy un hipopótamo marciano y he estado flotando en el océano durante días. Estoy muy contento de haber encontrado a alguien amable como ustedes.

Lauti, Alba y Jere se quedaron boquiabiertos. Nunca antes habían conocido a un animal que pudiera hablar como los humanos. - No puedo creer lo que estoy viendo -dijo Alba-.

¿Cómo es posible? El hipopótamo explicó que venía de otro planeta y había sido llevado accidentalmente al océano por una nave espacial extraterrestre. Pero ahora quería volver a casa y necesitaba ayuda para hacerlo. Los tres amigos estaban encantados de ayudar al simpático hipopótamo marciano en su viaje de regreso a casa.

Así que juntos construyeron una nave espacial rudimentaria utilizando piezas del barco improvisado y partieron hacia Marte. Después de muchas semanas de viaje, finalmente llegaron al planeta rojo.

El hipopótamo estaba muy feliz de estar en casa otra vez y les dio las gracias por su ayuda. - Nunca olvidaré lo amables que han sido conmigo -les dijo-. Siempre tendré un lugar especial en mi corazón para ustedes.

Lauti, Alba y Jere regresaron a casa con una gran historia que contar. Aprendieron que la amistad y la aventura pueden llevarlos a lugares inesperados, y que nunca se sabe lo que encontrarás en el camino si estás abierto a nuevas experiencias.

Y por supuesto, aprendieron que los hipopótamos marcianos son deliciosos si estás atrapado en un barco sin comida.

FIN.

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