Historias de estrellas brillantes


Había una vez un niño llamado Manuel, que al igual que tú, Andy, no quería dormir solo en su habitación. Todas las noches se resistía a quedarse en su cama y siempre buscaba excusas para quedarse despierto.

Un día, Manuel decidió contarle a su papá sobre su miedo a la oscuridad y cómo le costaba conciliar el sueño por las noches.

Su padre, comprensivo y sabio, decidió compartir con él una historia que le había ocurrido cuando era niño. "Andy, cuando yo tenía tu edad también me costaba mucho dormir solo. Me asustaban los ruidos de la noche y pensaba que había monstruos debajo de mi cama. Pero un día algo cambió en mi vida.

""¿Qué pasó?", preguntó Andy emocionado. "Resulta que un buen día encontré un libro muy especial en la biblioteca de mi abuelo. Era un libro mágico lleno de historias fantásticas", continuó Manuel.

"¡Wow! ¿Y qué hizo ese libro especial?", preguntó Andy curioso. "Este libro tenía el poder de transportarme a lugares maravillosos mientras lo leía antes de acostarme. Me hacía olvidar mis miedos y me sumergía en aventuras increíbles", respondió Manuel sonriendo.

Andy se sintió intrigado por esta historia y pidió a su papá que le mostrara ese libro tan especial.

Manuel fue hasta el cuarto donde guardaba todos sus tesoros de la infancia y regresó con aquel viejo libro lleno de páginas amarillentas e ilustraciones coloridas. "Mira, Andy, este es el libro que me ayudó a superar mi miedo a dormir solo. ¿Quieres que te cuente una de las historias?""¡Sí, papá! ¡Cuéntame!", exclamó Andy emocionado.

Manuel abrió el libro y comenzó a leer una historia sobre un niño valiente llamado Juanito, quien también tenía miedo a la oscuridad.

Juanito vivía en un pueblo donde todos los niños se quedaban despiertos por las noches porque pensaban que había fantasmas en sus habitaciones. Un día, Juanito decidió enfrentar su miedo y buscar una solución. Consultó con su abuela sabia y ella le dijo: "Juanito, el único modo de vencer tus miedos es enfrentándolos".

Así que Juanito tomó valor y decidió pasar toda la noche en su habitación sin temor alguno. A medida que pasaba el tiempo, se dio cuenta de que no había monstruos ni fantasmas, solo silencio y tranquilidad.

Al terminar la historia, Manuel notó cómo los ojos de Andy se llenaron de curiosidad y valentía. —"Andy" , dijo Manuel con voz tranquila pero firme,"a veces nuestros miedos son solo imaginarios. No hay nada malo en estar solo en nuestra habitación durante la noche.

La oscuridad puede ser nuestro amigo si aprendemos a conocerla". Andy reflexionó sobre las palabras de su padre mientras observaba detenidamente las páginas del libro. "Papá, creo que quiero intentarlo yo también", dijo finalmente Andy con determinación.

Esa noche fue diferente para Andy; decidió enfrentar su miedo y quedarse solo en su habitación. Tomó el libro que su papá le había prestado y comenzó a leer las historias mágicas.

A medida que se sumergía en los cuentos, Andy se dio cuenta de que su habitación no era tan aterradora como imaginaba. Poco a poco, sus miedos desaparecieron y se dejó llevar por la magia de la lectura. Al despertar al día siguiente, Andy sonrió satisfecho.

Había descubierto que estaba listo para enfrentar sus miedos y dormir solo en su habitación.

Desde ese día, Manuel y Andy compartieron muchas más historias antes de dormir, creando un vínculo especial entre padre e hijo mientras juntos exploraban el mundo de la imaginación. Y así, con cada noche llena de aventuras y valentía, Andy aprendió que los miedos pueden ser superados cuando nos enfrentamos a ellos con coraje y confianza en nosotros mismos.

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