Honrando a Messi


Pelé y Maradona estaban jugando un partido en la cancha de Boca Juniors contra Messi y su equipo.

El sol brillaba fuerte en el cielo, las gradas estaban llenas de gente emocionada, todos listos para disfrutar de un gran partido. El árbitro pitó el inicio del partido y los tres jugadores más famosos del mundo se lanzaron a la cancha con toda la energía que tenían. Pelé pateó el balón hacia Maradona, quien lo controló con habilidad.

Messi trató de interceptar el balón, pero no pudo alcanzarlo. - ¡Vamos, vamos! -gritó Pelé animado mientras corría tras el balón. Los tres jugadores corrieron por la cancha, pasándose el balón con velocidad y habilidad.

La multitud rugió cuando Messi logró quitarle el balón a Pelé y corrió hacia la portería contraria. -¡Messi va directo al arco! -gritó la multitud emocionada.

Pero justo cuando estaba a punto de hacer un gol increíble, algo extraño sucedió: Messi cayó al suelo sin moverse. -¡Messi! -exclamaron los otros dos jugadores preocupados mientras se acercaban a él. La multitud quedó en silencio mientras los médicos entraron corriendo a la cancha para atender al jugador caído.

Pero desafortunadamente nada pudieron hacer: Messi había muerto repentinamente debido a una enfermedad cardíaca desconocida. Pelé y Maradona estaban devastados por la noticia. Habían perdido no solo un gran rival sino también un amigo cercano.

Se sentaron juntos en el césped, sintiéndose tristes y abrumados por la situación. -¿Cómo podemos seguir jugando cuando algo así sucede? -preguntó Maradona con lágrimas en los ojos. Pelé lo miró con seriedad y respondió:-Tenemos que seguir jugando, pero no solo para ganar.

Tenemos que jugar para honrar la memoria de Messi y todo lo que él representaba: el amor por el juego, la pasión por el deporte y la determinación de nunca rendirse. Debemos jugar para mantener vivo su espíritu en cada partido.

Maradona asintió, comprendiendo las palabras de Pelé. Juntos se pusieron de pie y volvieron a la cancha con una nueva perspectiva. Ya no se trataba solo de un juego, sino también de un homenaje al amigo perdido.

El partido continuó con más intensidad que nunca antes. Los dos jugadores restantes mostraron sus habilidades incomparables e hicieron goles increíbles uno tras otro. Pero esta vez no había rivalidad ni animosidad entre ellos; solo amistad y respeto mutuo.

Al final del partido, Pelé y Maradona abrazaron a los miembros del equipo contrario en señal de respeto por su valentía al continuar jugando después del fallecimiento de Messi.

La multitud aplaudió emocionada mientras los tres jugadores más famosos del mundo salían juntos del campo, sabiendo que habían hecho algo especial esa tarde: honrar a un gran jugador mientras demostraban que el deporte puede ser más grande que cualquier rivalidad o competencia desleal.

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