Huellas en el Corazón



Había una vez un niño llamado Lucas que estaba a punto de terminar su residencia en el jardín de infantes.

Había pasado muchos años aprendiendo, jugando y haciendo amigos en ese lugar, pero ahora era hora de decir adiós y comenzar su nueva aventura en la escuela primaria. Lucas estaba emocionado por el cambio, pero también se sentía un poco triste por dejar atrás a sus maestros y compañeros de clase.

Decidió aprovechar al máximo sus últimos días en el jardín de infantes y hacer algo especial para recordarlo. Un día, durante el recreo, Lucas se acercó a su amiga Sofía con una idea brillante.

"-Sofía, ¿qué te parece si organizamos una gran fiesta de despedida para celebrar nuestro paso al primer grado?" preguntó Lucas emocionado. Sofía sonrió ampliamente y respondió: "-¡Eso sería genial! Podríamos invitar a todos nuestros amigos del jardín de infantes y tener juegos divertidos".

Así fue como Lucas y Sofía comenzaron a planear su fiesta. Se reunieron con los demás niños del jardín de infantes y les contaron sobre la idea. Todos estaban entusiasmados e hicieron propuestas para hacer que la fiesta fuera aún más especial.

El día llegó rápidamente y el patio del jardín de infantes se llenó con risas, música y coloridas decoraciones.

Habían inflables para saltar, puestos de juegos tradicionales argentinos como "el sapo" y "la rayuela", así como también actividades creativas como pintura facial y manualidades. Los padres también participaron activamente en la organización de la fiesta. Trajeron deliciosas comidas y bebidas típicas argentinas, como empanadas y mate.

La alegría y el entusiasmo llenaban el aire, mientras los niños disfrutaban de su última gran celebración en el jardín de infantes. A medida que pasaba la tarde, Lucas se dio cuenta de algo importante: aunque estaba emocionado por comenzar la escuela primaria, también extrañaría mucho a sus amigos del jardín de infantes.

Pero sabía que siempre tendrían los recuerdos especiales de esa increíble fiesta para recordarlos.

Mientras el sol comenzaba a ponerse y la fiesta llegaba a su fin, Lucas se paró frente a todos los niños y maestros con lágrimas en sus ojos. "-Quiero agradecerles por estos hermosos años en el jardín de infantes", dijo con voz temblorosa. "-No olvidaré nunca todo lo que aprendimos juntos y los momentos divertidos que compartimos".

Todos aplaudieron emocionados mientras Lucas continuaba: "-Pero ahora es hora de empezar una nueva etapa en nuestras vidas. Estoy seguro de que seremos grandes estudiantes en primer grado y haremos nuevos amigos". La fiesta terminó con abrazos cálidos y palabras llenas de cariño entre todos los presentes.

Lucas se sintió feliz al ver cómo todos estaban unidos incluso cuando era momento de despedirse. Días después, llegó el primer día de clases en la escuela primaria para Lucas y sus amigos del jardín de infantes.

Aunque estaban nerviosos al principio, pronto descubrieron que habían aprendido muchas cosas valiosas durante su tiempo en el jardín de infantes. Lucas y Sofía se hicieron inseparables en la escuela primaria, demostrando que la amistad verdadera puede superar cualquier cambio.

Juntos, enfrentaron nuevos desafíos y crecieron como estudiantes y como personas. Y así, Lucas guardó los recuerdos del jardín de infantes en su corazón mientras avanzaba hacia nuevas aventuras.

Siempre recordaría aquel paso importante en su vida con una sonrisa, sabiendo que había dejado huellas imborrables en ese lugar tan especial.

FIN.

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