Huggy Wuggy y el Gran Día en el Colegio
Era un día soleado en el colegio de los juguetes, y todos los personajes estaban muy emocionados. En el aula, Huggy Wuggy había decidido que ese día sería especial, ya que quería aprender a hacer nuevos amigos. Mientras se acomodaba en su escritorio, pensó en cómo podría romper el hielo.
Al sonar la campana, todos los juguetes se reunieron en círculo. La maestra, la dulce señora Oso, dijo: "¡Buenos días, clase! Hoy vamos a aprender sobre la amistad y cómo ser buenos amigos."
Huggy Wuggy levantó la mano con muchas ganas de participar. "Señora Oso, yo quiero ser un buen amigo, pero a veces no sé cómo!"-.
La señora Oso sonrió. "Eso es muy importante, Huggy. La amistad comienza escuchando y compartiendo. ¿Por qué no intentas hacer un nuevo amigo hoy?"
Huggy Wuggy se sintió un poco nervioso, pero decidió intentarlo. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que había un nuevo juguete en la clase: un pequeño dinosaurio de peluche llamado Dino.
Sin pensarlo dos veces, Huggy se acercó y le dijo: "Hola, Dino. Soy Huggy Wuggy. ¿Te gustaría jugar conmigo?"
Dino, un poco tímido, respondió: "Hola, Huggy. No estoy muy seguro. Soy nuevo aquí y no conozco a nadie."
Huggy sonrió ampliamente, tratando de mostrarle que era un gran amigo. "No te preocupes. ¡Todos somos amigos aquí! Vamos a construir una torre juntos con los bloques. ¡Seguro que nos divertimos mucho!"-.
Así fue como comenzaron a jugar. Sin embargo, después de unos minutos de apilar bloques, la torre se desmoronó. "¡Oh no!"- gritó Dino, decepcionado. "No sé si seré un buen amigo si no puedo construir bien."
Huggy Wuggy, viendo la angustia de Dino, decidió motivarlo. "No te preocupes, amigo. A veces, los mejores amigos fallan juntos. Lo importante es levantarse y seguir intentándolo. Podemos intentar de nuevo. ¡Vamos!"-.
Dino, sintiéndose más animado, asintió con la cabeza. Juntos comenzaron a construir la torre nuevamente, esta vez más fuerte y con más cuidado. Después de varios intentos y risas, lograron construir una torre que se mantuvo en pie.
"¡Lo hicimos!"- exclamó Dino, saltando de alegría.
"Claro que sí! ¡Lo hicimos juntos!"- respondió Huggy, feliz de que su amigo se sintiera bien.
En ese momento, un marioneta de títere llamada Pepito se acercó y preguntó: "¿Puedo jugar con ustedes?"-.
"¡Por supuesto!"- respondió Huggy emocionado. "Cuantos más, mejor. ¡Vamos a hacer la torre más alta del mundo!"-.
A medida que se unieron más juguetes al juego, la torre creció y el aula se llenó de risas. Todos aprendieron que la amistad no solo se trata de jugar, sino también de apoyarse mutuamente y disfrutar del tiempo juntos. Al final del día, cuando la campana sonó para indicar el final de las clases, Huggy Wuggy miró a sus amigos y dijo: "Hoy aprendí que los amigos están para reír y también para levantarse cuando algo sale mal. ¡Gracias a todos por ser increíbles!"-.
Dino sonrió y dijo: "Yo también lo aprendí, Huggy. ¡Eres un gran amigo!"-.
Y así, en el colegio de los juguetes, Huggy Wuggy y sus nuevos amigos se fueron a casa con sonrisas en sus caritas, sabiendo que habían tenido un gran día y que la amistad era uno de los mayores tesoros que podían tener.
FIN.