Impulse Control Adventures


Había una vez en la hermosa tierra de Australia, un kanguro llamado Rafa. Rafa era un kanguro muy especial, pero tenía un pequeño problema: no podía controlar sus impulsos y a menudo lastimaba a otros animales sin darse cuenta.

Un día soleado, mientras saltaba por el bosque, Rafa se encontró con su amiga Lola, una canguro muy sabia y tranquila. Lola notó que Rafa estaba triste y preocupado, así que decidió acercarse y preguntarle qué le pasaba.

"Hola Rafa, te veo muy pensativo. ¿Qué te sucede?"- dijo Lola con ternura. Rafa suspiró y respondió: "Lola, tengo un problema. No puedo controlar mis impulsos y termino lastimando a los demás animales sin querer.

Me siento mal por eso". Lola sonrió comprensivamente y dijo: "Rafa, todos cometemos errores en la vida. Lo importante es aprender de ellos y tratar de mejorar.

¿Te gustaría que te ayude a encontrar una solución?"Rafa asintió emocionado y juntos comenzaron a pensar en cómo podría aprender a controlar sus impulsos. Decidieron visitar al anciano Búho Sabio del bosque para pedirle consejo.

El Búho escuchó atentamente el problema de Rafa y le dio un valioso consejo:"Querido Rafa, para controlar tus impulsos debes aprender primero a respirar profundamente cuando sientas que estás perdiendo el control. Inhala lentamente contando hasta tres y luego exhala lentamente contando hasta tres nuevamente". Rafa agradeció al Búho y siguió su consejo.

A partir de ese día, cada vez que sentía que sus impulsos se apoderaban de él, Rafa respiraba profundamente y contaba hasta tres.

Un día, mientras Rafa saltaba por el bosque con su nueva técnica de controlar los impulsos, encontró a un pequeño wallaby llamado Toby. Toby era muy tímido y tenía miedo de acercarse a otros animales. "Hola Toby, ¿cómo estás?"- dijo Rafa amablemente. Toby miró a Rafa con cautela y respondió: "Estoy bien...

pero tengo miedo de acercarme a otros animales". Rafa sonrió comprensivamente y le explicó cómo había aprendido a controlar sus propios impulsos. Le enseñó la técnica de respirar profundamente y contar hasta tres. Juntos practicaron esta técnica una y otra vez.

Con el tiempo, Toby se sintió más seguro gracias a la ayuda de Rafa. Ahora podía acercarse sin miedo a otros animales del bosque. La noticia sobre la transformación de Rafa se extendió rápidamente entre los habitantes del bosque.

Todos quedaron impresionados por su determinación para cambiar y ayudar a los demás.

Un día, durante un gran encuentro en el claro del bosque, todos los animales reunidos aplaudieron emocionados cuando vieron cómo Rafa lograba controlar sus impulsos incluso en situaciones difíciles. Desde aquel día en adelante, Rafa se convirtió en un modelo inspirador para todos los kanguros jóvenes del bosque. Les enseñaba sobre la importancia del autocontrol y el respeto hacia los demás.

Y así, Rafa y Toby se convirtieron en grandes amigos y juntos siguieron inspirando a todos los animales del bosque con su valiosa lección de vida: que siempre es posible cambiar y aprender a controlar nuestros impulsos para ser mejores individuos.

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