India y el Unicornio de los Deseos



Un día soleado, India salió a dar un paseo por el bosque. Mientras caminaba entre los árboles, escuchó un ruido extraño que venía de detrás de unos arbustos.

Curiosa como siempre, se acercó y encontró a un pequeño unicornio atrapado en una red. - ¡Oh no! -exclamó India-. ¿Estás bien? El unicornio levantó la cabeza y sus ojos brillantes se llenaron de lágrimas. - Estoy atrapado y no puedo escapar -dijo el unicornio con voz temblorosa-.

Por favor, ayúdame. India no dudó ni un segundo y sacó su cuchillo para cortar la red. Con cuidado, liberó al pequeño unicornio quien le dio las gracias con una reverencia. - ¡Muchas gracias! -dijo el unicornio-.

Me llamo Arcoíris y estoy muy contento de haber conocido a alguien tan valiente como tú. India sonrió radiante mientras acariciaba la suave melena del unicornio. - Yo soy India y amo los unicornios.

Es mi sueño tener uno como amigo. Arcoíris miró a India con ternura y dijo:- Si me prometes cuidarme siempre, seremos amigos para toda la vida. India asintió emocionada. Juntos emprendieron grandes aventuras en el bosque encantado.

Paseaban por prados llenos de flores coloridas y se refrescaban en cascadas cristalinas. Arcoíris le enseñaba sobre la magia del reino mágico donde vivían los unicornios y cómo proteger el medio ambiente.

Un día, mientras exploraban una cueva misteriosa, India y Arcoíris encontraron un mapa antiguo que mostraba la ubicación de una joya mágica. Según la leyenda, quien poseyera esa joya tendría el poder de hacer realidad cualquier deseo. - ¡Debemos encontrarla! -exclamó India emocionada-.

Podríamos usar ese poder para ayudar a mucha gente y hacer del mundo un lugar mejor. Con valentía y determinación, siguieron las indicaciones del mapa. Pasaron por ríos tumultuosos, montañas altas y bosques oscuros.

En cada paso del camino, se enfrentaban a diferentes desafíos que fortalecían su amistad y confianza mutua. Finalmente, llegaron a una cueva llena de brillantes cristales donde se encontraba la joya mágica. Pero había un problema: estaba protegida por un feroz dragón. - ¿Qué haremos ahora? -preguntó India preocupada.

Arcoíris sonrió con seguridad. - Confío en ti, India. Juntos podemos superar cualquier obstáculo. Con ingenio e inteligencia, India ideó un plan para distraer al dragón mientras Arcoíris agarraba la joya mágica.

El plan funcionó a la perfección y lograron escapar antes de que el dragón pudiera reaccionar.

India tomó la joya en sus manos temblorosas y cerró los ojos con fuerza para pedir su deseo:- Deseo que todos los niños del mundo sean felices y tengan acceso a una educación de calidad. En ese mismo instante, el brillo de la joya se expandió por todo el bosque, llenándolo de luz y alegría. Los árboles susurraron palabras de agradecimiento y el viento llevó consigo la promesa de un futuro mejor.

India y Arcoíris regresaron al bosque encantado donde fueron recibidos como héroes. Su valentía y amistad habían dejado una huella imborrable en el corazón de todos los seres mágicos.

Desde ese día, India se convirtió en la defensora del bienestar infantil y viajó por todo el mundo llevando educación y sonrisas a los niños que más lo necesitaban.

Y así, gracias a su amor por los unicornios y su espíritu noble, India logró hacer del mundo un lugar más hermoso para todos.

FIN.

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