Iris y el libro mágico



Érase una vez en un pequeño pueblo lleno de flores y árboles, una niña llamada Iris. Tenía 6 años y era muy curiosa. A Iris le encantaban las historias fantásticas, esas que hablaban de dragones, hadas y castillos lejanos. Pero había un problema: no sabía leer. Y aunque soñaba con que los adultos se pararan un ratito en su vida ocupada para contarle cuentos, siempre estaban demasiado ocupados.

Un día, mientras paseaba por el parque, Iris se encontró con un objeto brillante debajo de un viejo árbol. Intrigada, se acercó y vio un libro con una portada dorada.

- “¡Qué bonito libro! ”, exclamó Iris mientras lo acariciaba.

En ese momento, una voz suave salió del libro.

- “Hola, pequeña soñadora. Soy un libro mágico. Si me abres, vivirás aventuras increíbles sin necesidad de leer.”

Iris abrió el libro con emoción y, de repente, fue envoltura por un destello de luz que la llevó a un mundo mágico.

Se encontró en un bosque encantado lleno de árboles parlantes y flores que bailaban al ritmo de la música del viento. Un ciervo que parecía más antiguo que la misma tierra se acercó a ella.

- “Bienvenida, Iris. Soy Dorado, el guardián de este bosque. Estamos buscando a alguien con un gran corazón para ayudar a liberar a la Princesa Lira.”

- “¿Princesa Lira? ¿Por qué está en problemas? ” preguntó Iris con curiosidad.

- “Un hechizo la ha atrapado en un castillo lejano. Necesitamos encontrar las tres llaves mágicas que están escondidas en este bosque. Solo con ellas podremos liberar a la princesa.”

Iris sintió que su corazón latía con fuerza de emoción.

- “¡Yo quiero ayudar! ¿Dónde empiezo? ” ¡dijo ella entusiasmada.

Dorado la guió a la primera llave, que estaba en el interior de un árbol gigante. Pero el árbol se movía y hablaba.

- “Para conseguir la llave, debes contarme un chiste, pequeña.”

Iris pensó por un momento y recordó un chiste que había escuchado.

- “¿Por qué los pájaros no usan Facebook? ”

- “¿Por qué? ” preguntó el árbol.

- “Porque ya tienen Twitter.”

El árbol se río con ganas y le dio la llave a Iris.

- “¡Bien hecho! Ahora ve a buscar la segunda llave, está junto al río danzante.”

Iris corrió hasta el río que realmente parecía bailar, con agua clara y fresca. Justo cuando llegó, vio una rana de color esmeralda.

- “¡Hola, pequeña! Para obtener la segunda llave, debes resolver un acertijo.”

- “¡Estoy lista! ” dijo Iris.

- “Soy ligero como una pluma, pero ni un hombre puede sostenerme por mucho tiempo. ¿Qué soy? ” preguntó la rana.

Iris se quedó pensando. De pronto, recordó lo que su mamá siempre decía.

- “¡El aliento! ”

La rana aplaudió y le dio la segunda llave.

- “¡Muy bien! Ahora, dirígete hacia el lago reflejante para encontrar la última llave.”

Iris siguió el camino hasta el lago, donde el agua era tan clara que podía ver su reflejo. Allí, encontró a un pez dorado que hablaba.

- “He estado esperando tu llegada. La tercera llave se encuentra en un acertijo. Aquí va: Mientras más me quitas, más grande me vuelvo. ¿Qué soy? ”

Iris se quedó pensando de nuevo. Pero esta vez, se acordó de lo que su papá decía cuando jugaban a las adivinanzas.

- “¡Es un agujero! ”

El pez dorado sonrió y le entregó la tercera y última llave.

- “¡Has conseguido las tres llaves! Ahora acompáñame al castillo para liberar a la Princesa Lira.”

Juntos, Iris, Dorado, la rana y el pez se dirigieron al castillo, donde usaron las llaves. La puerta mágica se abrió y dentro estaba la Princesa, con un brillo en sus ojos.

- “Gracias, valientes amigos. Ahora puedo volver a mi reino.”

La Princesa dio un gran abrazo a Iris.

- “Eres muy valiente y tienes un gran corazón. Te llevaré de vuelta a casa.”

Con un parpadeo, Iris se encontró de vuelta en el parque con el libro mágico en sus manos. Aunque no sabía leer, había vivido una de las aventuras más emocionantes de su vida. En ese momento, decidió que, aunque los adultos estuvieran ocupados, siempre podría crear sus propias historias en su imaginación.

Y así, cada vez que miraba el libro mágico, sonreía al recordar la aventura y creaba nuevas historias en su cabeza, llenas de dragones, hadas y castillos.

Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

FIN.

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