Isa y el perrito perdido



Isa era una niña muy curiosa y aventurera. Siempre estaba buscando nuevas cosas para explorar y aprender. Un día, después de la escuela, Isa comenzó a sentirse mal. Tenía fiebre y su cabeza le dolía mucho.

Mientras caminaba por el camino de regreso a casa, empezó a ver cosas extrañas. Árboles que se movían solos, animales que hablaban y casas que parecían embrujadas.

Isa sabía que esto no podía ser real, pero no podía evitar sentirse asustada. De repente, vio una casa antigua y tenebrosa en medio del bosque. La casa parecía estar abandonada desde hacía años y tenía un aspecto siniestro. A pesar de tener miedo, Isa decidió acercarse para investigar.

Cuando llegó a la puerta principal de la casa, algo extraño sucedió: la puerta se abrió sola con un chirrido espeluznante. Isa casi salió corriendo, pero algo dentro de ella le dijo que debía entrar y descubrir qué había dentro.

Al principio todo parecía normal dentro de la casa embrujada: telarañas por todas partes y muebles antiguos cubiertos de polvo. Pero cuando Isa subió las escaleras hacia el segundo piso, oyó ruidos extraños detrás de una puerta cerrada.

"¿Quién está ahí?"- preguntó Isa con voz temblorosa. No hubo respuesta. "¡Habla o me voy!"- insistió Isa. Esta vez sí hubo respuesta: un pequeño murmullo proveniente detrás de la puerta.

Isa empujó la puerta con todas sus fuerzas y encontró a un perrito asustado escondido detrás de una caja. Isa se acercó lentamente al cachorro y logró calmarlo. "Hola amiguito, ¿estás perdido?"- dijo Isa mientras acariciaba el pelaje del perro.

El cachorro movió la cola con entusiasmo y empezó a lamerle la mano a Isa. Isa sabía que tenía que ayudar al perrito a encontrar su hogar, así que lo tomó en brazos y salió corriendo de la casa embrujada.

Cuando llegaron a su casa, Isa le preguntó a sus padres si habían visto algún anuncio sobre un perro perdido. Después de buscar en los periódicos locales, descubrieron que el cachorrito pertenecía a una familia cercana.

Isa llevó al perro de vuelta a su hogar y se sintió muy feliz sabiendo que había ayudado a reunirlo con su familia.

A pesar de haber pasado por momentos difíciles ese día, Isa aprendió una valiosa lección: siempre hay algo bueno que puedes hacer para ayudar cuando alguien necesita tu ayuda.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!