Isa y la varita mágica perdida


Había una vez en un bosque encantado, una niña llamada Isa. Isa era muy especial, siempre estaba llena de energía y alegría. Le encantaba bailar con los árboles mientras cantaba melodías alegres que ella misma inventaba.

Un día, mientras Isa paseaba por el bosque, se encontró con un hada triste que lloraba sentada en una roca.

Isa se acercó corriendo y le preguntó: - ¿Qué te sucede hadita? ¿Por qué estás tan triste? El hada levantó la cabeza y entre sollozos le contó a Isa que había perdido su varita mágica, la cual necesitaba para hacer felices a todos los seres del bosque.

Isa sintió empatía por el hada y decidió ayudarla a encontrar su varita mágica. Se puso manos a la obra y comenzó a buscar por todo el bosque. Observaba cada detalle con atención, mirando debajo de las hojas, dentro de las cuevas y detrás de los arbustos.

Después de mucho buscar, finalmente Isa encontró la varita mágica del hada escondida detrás de unas flores brillantes. La tomó con cuidado y se la entregó al hada con una gran sonrisa en su rostro.

El hada no podía creerlo, estaba tan feliz que empezó a brillar con luz propia. Agradecida, le dijo a Isa: - ¡Gracias por tu ayuda! Eres realmente especial, has devuelto la magia a este bosque. Isa se sintió emocionada y orgullosa de haber ayudado al hada.

Juntas celebraron bailando alrededor de los árboles mientras cantaban canciones alegres que llenaban el bosque de alegría. Desde ese día, Isa continuó explorando el bosque con ojos curiosos y corazón bondadoso.

Siempre dispuesta a ayudar a quienes lo necesitaran y compartiendo su alegría con todos los seres mágicos del lugar.

Y así, gracias a la valentía y generosidad de Isa, el bosque encantado se convirtió en un lugar aún más maravilloso donde la magia y la felicidad reinaban para siempre.

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