Isabella y el dragón del bosque



Isabella era una niña curiosa y aventurera a la que le encantaba pasar sus días explorando el bosque cerca de su casa.

Un día, mientras buscaba las flores más hermosas para llevar a su abuela, se topó con algo inesperado: un dragón de escamas brillantes y ojos amables. - ¡Oh, qué sorpresa! -exclamó Isabella con asombro al ver al imponente dragón frente a ella.

El dragón, en lugar de mostrar ferocidad, le sonrió cálidamente y dijo:- Buenos días, pequeña Isabella. ¿Qué te trae por aquí? Isabella se acercó lentamente al dragón, sintiendo curiosidad en lugar de miedo. - Estoy buscando flores para mi abuela. ¿Eres un dragón bueno? -preguntó con valentía.

El dragón asintió con la cabeza y respondió:- Sí, soy un dragón amistoso. Me llamo Draco y me encanta cuidar de este bosque.

¿Puedo ayudarte a encontrar las flores más bellas? Isabella asintió emocionada ante la idea de tener un amigo tan especial como Draco. Juntos recorrieron el bosque, descubriendo rincones llenos de flores multicolores que Isabella nunca había visto antes. El sol brillaba entre los árboles mientras ellos compartían risas y conversaciones sobre sus vidas.

- ¿Sabías que los dragones pueden ser grandes protectores del bosque? -comentó Draco mientras volaban juntos por encima de los árboles. Isabella escuchaba atentamente cada palabra del sabio dragón, aprendiendo sobre la importancia de cuidar la naturaleza y respetar a todas las criaturas que habitan en ella.

De repente, escucharon un ruido proveniente de lo profundo del bosque. Era un grupo de leñadores talando árboles sin consideración por el equilibrio natural del lugar. Alarmada por lo que veía, Isabella miró a Draco con preocupación.

- ¡Tenemos que hacer algo para detenerlos! -exclamó decidida. Draco asintió solemnemente y juntos idearon un plan para proteger el bosque.

Con astucia e ingenio lograron ahuyentar a los leñadores sin causarles daño alguno, enseñándoles sobre la importancia de preservar el entorno en el que vivimos todos juntos. Al final del día, Isabella despidió a su nuevo amigo Draco con nostalgia pero con el corazón lleno de gratitud por todo lo aprendido junto a él.

Desde entonces visitaba al amigable dragón regularmente para seguir explorando juntos el fascinante mundo del bosque y promover valores fundamentales como la amistad, el respeto y la conservación del medio ambiente.

FIN.

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