Isabella y el mar de los sueños
Isabella era una niña muy talentosa. Le encantaba cantar y bailar en el escenario. Todos los fines de semana, se presentaba en distintos teatros para mostrar su arte y siempre recibía una gran ovación del público.
Un día, mientras estaba ensayando para su próximo show, recibió una sorpresa de sus padres: ¡un viaje a la playa! Isabella no podía creerlo, nunca había ido a la playa antes.
Estaba emocionada por conocer un lugar nuevo y disfrutar del mar y la arena. La noche anterior al viaje, Isabella no pudo dormir de la emoción. Se imaginaba construyendo castillos de arena y jugando con las olas del mar.
Además, estaba ansiosa por volar en avión por primera vez. Al llegar al aeropuerto, Isabella se asombró con todo lo que veía a su alrededor: aviones despegando y aterrizando, gente corriendo de un lado a otro con maletas enormes y pantallas gigantes mostrando información sobre los vuelos.
"¡Mamá mira!", exclamó Isabella señalando hacia el cielo donde un avión pasaba volando. "Sí hija es impresionante", respondió su mamá sonriendo. Finalmente llegaron a la playa después de un largo viaje en avión.
El sol brillaba fuerte sobre la arena blanca y el agua turquesa invitaba a sumergirse en ella.
Isabella corrió hacia el mar sin pensarlo dos veces pero cuando llegó allí descubrió algo que no esperaba: tenía miedo de las olas grandes que parecían tratarla como si fuera una pelota. "Mamá, papá, no sé si me gusta el mar", dijo tristemente Isabella. "No te preocupes hija, es normal tener miedo a lo desconocido. Yo también tenía miedo al mar cuando era niña", respondió su mamá tranquilizándola.
Los días pasaron y poco a poco Isabella fue superando su miedo al mar gracias al apoyo de sus padres y la práctica constante. También disfrutó mucho construyendo castillos de arena y jugando con otras niñas en la playa.
El último día antes de regresar a casa, Isabella se dio cuenta de que había aprendido algo muy importante en este viaje: nunca debía rendirse ante los obstáculos y siempre debía seguir adelante para alcanzar sus sueños.
"Mamá, papá, quiero seguir cantando y bailando para toda mi vida. ¡Quiero ser una gran artista como Shakira!", exclamó Isabella emocionada.
"Claro que sí hija, tú puedes lograr todo lo que te propongas si trabajas duro y nunca pierdes la esperanza", respondió su papá sonriendo orgulloso. Isabella volvió a casa llena de energía e inspiración para seguir persiguiendo sus sueños. Ahora sabía que el éxito está en perseverar sin importar las dificultades del camino.
FIN.