Isabella y el niño solitario



Isabella estaba muy emocionada porque su familia decidió llevarla a Disney, Orlando. Desde que se enteró, no podía dejar de pensar en todas las atracciones y personajes que iba a conocer.

El primer día en Disney fue increíble, Isabella disfrutó mucho de los juegos mecánicos y de las comidas deliciosas. Pero lo que más le gustó fue conocer a sus personajes favoritos como Mickey Mouse y la princesa Elsa.

"¡Mamá, papá! ¿Podemos comprar un recuerdo para recordar este viaje?"- preguntó Isabella mientras miraba los souvenirs. "Claro hija, puedes elegir el que más te guste"- respondió su mamá sonriendo.

Isabella eligió una gorra con las orejas de Minnie Mouse y un llavero con la forma del castillo de Disney. Estaba tan feliz con sus nuevos objetos que no podía esperar para mostrarlos a todos sus amigos cuando regresara a casa. Después de pasar unos días en Disney, la familia decidió irse de compras por Orlando.

Isabella encontró muchas cosas lindas en las tiendas y compraron algunas prendas nuevas para ella también. "Me encanta esta ciudad", dijo Isabella mientras cargaba sus bolsas llenas de ropa nueva.

Finalmente, llegaron al último destino del viaje: Playa del Carmen en México. La playa era hermosa y el agua estaba tibia. La familia pasó todo el día nadando y tomando sol bajo una sombrilla. Por la noche, fueron a cenar juntos a un restaurante cerca de la playa.

Mientras esperaban la comida, Isabella notó que había un niño sentado solo en una mesa cercana. Él parecía triste y solitario. "Mamá, ¿puedo ir a hablar con él?"- preguntó Isabella. "Sí, claro hija.

Sé amable"- respondió su mamá sonriendo. Isabella se acercó al niño y comenzó a hablar con él. Descubrió que era de México y que estaba allí solo porque sus padres tenían que trabajar esa noche.

Isabella decidió hacer algo para ayudar al niño a sentirse mejor. "¿Quieres venir a sentarte con nosotros? Podemos compartir nuestra cena contigo. "- dijo Isabella mientras le ofrecía un lugar en su mesa. El niño aceptó la invitación y compartieron una cena deliciosa juntos.

Isabella se sintió muy feliz de haber hecho un nuevo amigo y de haber ayudado a alguien en el camino.

Al final del viaje, cuando estaban regresando a casa, Isabella miraba por la ventana del avión pensando en todo lo que había vivido durante las vacaciones. Se dio cuenta de que no solo había disfrutado de todas las atracciones divertidas, sino también había aprendido mucho sobre ser amable y ayudar a los demás.

"Gracias por este maravilloso viaje", dijo Isabella mientras abrazaba a sus padres con una sonrisa enorme en su rostro. Y así terminó el emocionante viaje de Isabella llena de aventuras, nuevos amigos y aprendizajes valiosos.

FIN.

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