Isabella y Sophie en el parque acuático



Isabella y Sophie estaban emocionadas por su día en el parque acuático. Corrían hacia la entrada, riendo y planeando todas las atracciones que querían probar. Al llegar, se encontraron con una larga fila en el tobogán más alto. Sophie propuso empezar por el río tranquilo. "Vamos, Isabella, así nos relajamos un poco antes de la diversión extrema", dijo Sophie. Isabella asintió y juntas se deslizaron suavemente por el río, disfrutando del sol y la calma del agua.

Luego, se dirigieron a la piscina de olas. Mientras Sophie se zambullía, Isabella dudaba en un rincón. Sophie salió del agua y le preguntó qué pasaba. "Tengo miedo, Sophie. No sé nadar bien y las olas son muy grandes", admitió Isabella. Sophie la tomó de la mano y le dijo: "No te preocupes, estaré contigo todo el tiempo. Vamos a tomarnos de este flotador juntas y superaremos las olas juntas".

Isabella aceptó y, con el apoyo de Sophie, lograron enfrentar las olas y divertirse como nunca. Después de un almuerzo delicioso, se dirigieron al tobogán gigante. Isabella comenzó a sentirse nerviosa de nuevo. "No quiero subir, es demasiado alto y da miedo", se quejó. Sophie le recordó cómo habían superado el miedo a las olas juntas. "Podemos hacerlo, Isabella. Confía en mí", le dijo Sophie con una sonrisa.

Con determinación, Isabella subió al tobogán agarrada de la mano de Sophie. Juntas se deslizaron a toda velocidad, gritando y riendo. Al final, ambas se miraron con alegría y se abrazaron. Isabella aprendió que con la ayuda de una amiga y un poco de valentía, podía superar cualquier miedo.

Al atardecer, cansadas pero felices, Isabella y Sophie se despidieron del parque acuático. Se prometieron volver y enfrentar nuevas aventuras juntas, fortaleciendo su amistad en cada desafío.

FIN.

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