Isairis y la Playa de Estrellas



Era una noche de verano cuando Isairis, una niña curiosa y valiente, decidió aventurarse a la playa. La luna brillaba y las estrellas parecían parpadear con entusiasmo. Isairis sabía que esa noche sería especial, pero no imaginaba todo lo que estaba a punto de descubrir.

Mientras caminaba por la orilla, escuchó un extraño murmullo que provenía de detrás de una gran roca. Decidida a descubrir de dónde venía, se acercó sigilosamente y encontró una pequeña nave espacial brillante y de colores vivos.

"¿Qué es esto?", se preguntó Isairis con ojos desorbitados.

De repente, la compuerta de la nave se abrió y de ella salieron tres adorables seres extraterrestres, todos con piel de diferentes colores y ojos grandes llenos de curiosidad.

"¡Hola! Somos Luno, Tula y Fizzy, de la galaxia Ritus", dijo el más pequeño de los extraterrestres, con una sonrisa amplia.

"¡No puedo creerlo! ¡Son aliens!", exclamó Isairis emocionada.

"Sí, venimos a explorar la Tierra y a aprender sobre sus tradiciones. ¡Y tú eres nuestra guía!", añadió Tula, la extraterrestre de piel azul.

Un poco aturdida pero totalmente dispuesta a ayudar, Isairis aceptó la oferta. Juntos comenzaron una aventura mágica por la playa.

Mientras Isairis les mostraba cómo construir castillos de arena, los aliens quedaron fascinados.

"¡Esto es increíble!", gritó Fizzy, tomando puñados de arena y modelándolos en formas extrañas.

"¿Y cómo celebran las fiestas aquí?", preguntó Luno.

"¡Hacemos fogatas, cantamos y contamos historias!".

Isairis decidió que lo mejor sería organizar una pequeña fiesta en la playa. Juntos recolectaron conchas y leña, y prepararon la fogata.

Ya instalados, comenzaron a contar historias. Primero, Isairis relató la leyenda de la sirena que protegía la playa, y los extraterrestres, fascinados, compartieron historias de sus aventuras en el espacio.

"Una vez encontramos un planeta donde las flores cantan", dijo Luno, dejando a todos boquiabiertos.

Pero de repente, una nube oscura apareció en el cielo, cubriendo la luna. La brisa se tornó fría y un viento extraño sopló, levantarando la arena.

"¡Oh no! Algo no va bien!", dijo Tula, asustada.

"No se preocupen, juntos podemos resolverlo", aseguró Isairis, tomando la mano de Luno.

"¿Qué hacemos?", preguntó Fizzy.

Entonces, Isairis recordó las historias sobre cómo enfrentar el miedo.

"¡Vamos a cantar! Las estrellas nos escucharán y tal vez se despeje el cielo".

Así que empezaron a cantar, uniendo sus voces. A medida que lo hacían, la nube se dispersó lentamente, y la luna volvió a brillar.

"¡Lo logramos!", gritaron a coro, saltando de felicidad.

El trío de extraterrestres se sintió inspirado por la valentía de Isairis. Sabían que a veces había que enfrentarse a los miedos con esperanza y amistad.

La fiesta continuó con risas, canciones y juegos hasta que el sol comenzó a asomar en el horizonte. Era el momento de que Luno, Tula y Fizzy regresaran a casa.

"Gracias, Isairis. Has sido una gran amiga".

FIN.

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