Isis, la campeona del ciclismo infantil


Había una vez una niña llamada Isis, quien aprendió a andar en bicicleta y se enamoró de la sensación del viento en su cabello mientras pedaleaba por las calles de su barrio.

Desde ese momento, no quería dejar nunca más su bicicleta. Un día, mientras paseaba en su bicicleta por el parque, Isis se encontró con un grupo de niños que estaban jugando al fútbol.

Uno de ellos le preguntó: "¿Por qué siempre andas en bicicleta? ¿No te aburres?". Isis respondió: "¡Nunca me aburro! Me encanta sentir el aire fresco en mi cara y ver todo lo que hay a mi alrededor".

Los niños empezaron a reírse y burlarse de ella, diciendo que era raro que solo quisiera andar en bicicleta todo el tiempo. Esto hizo que Isis se sintiera triste y dudara si realmente estaba bien hacer lo que tanto amaba. Esa noche, cuando llegó a casa, le contó a su mamá lo ocurrido.

Su mamá la abrazó y le dijo: "Isis, nunca debes sentirte mal por ser tú misma. Si te gusta andar en bicicleta, entonces sigue haciéndolo sin importar lo que los demás piensen o digan".

Al día siguiente, Isis decidió demostrarle a los otros niños lo divertido que podía ser andar en bicicleta. Les propuso una carrera desde un extremo del parque hasta el otro.

"¡Ey chicos! ¿Qué tal si hacemos una carrera desde aquí hasta aquel árbol grande?", propuso Isis señalando hacia un punto lejano en el parque. "¿En bicicleta?", preguntó uno de los niños con incredulidad.

"¡Por supuesto! ¿O acaso tienen miedo de perder contra mí?", desafió Isis con una sonrisa pícara. Los niños aceptaron el desafío y comenzaron la carrera. Isis tomó la delantera rápidamente, pedaleando con fuerza y habilidad. Los otros niños se sorprendieron al ver lo bien que manejaba su bicicleta y cómo disfrutaba cada momento.

Finalmente, Isis llegó primera a la meta. Los otros niños quedaron impresionados y le pidieron que les enseñara a andar en bicicleta como ella.

Desde ese día, todos los días después de clases, se reunían para jugar carreras en sus bicicletas. Isis entendió entonces que no tenía nada de malo amar algo tanto y que compartirlo con los demás podía ser aún más divertido.

A partir de ese momento, aprendió a valorar su pasión por las bicicletas sin importar lo que dijeran los demás. Y así fue como se convirtió en una campeona del ciclismo infantil en su barrio, inspirando a muchos otros niños a perseguir sus sueños sin temor al qué dirán.

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