Ivannia y la Aventura Empresarial
En un colorido pueblo llamado Colores del Viento, vivía una niña muy especial: Ivannia Saballos Jiménez. Creadora de historias, soñadora y con una gran pasión por la organización, Ivannia tenía una idea brillante para ayudar a su comunidad. Veía que en el centro del pueblo había un hermoso árbol que necesitaba ser cuidado, y con él, todo el parque donde jugaban todos los niños.
Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Ivannia tuvo una idea.
"¡Chicos! ¿Y si organizamos un grupo para cuidar el parque? Podría ser como una pequeña empresa donde todos tengamos un rol para que todo funcione mejor" - dijo Ivannia emocionada.
Sus amigos la miraron intrigados.
"Pero, ¿cómo vamos a hacer eso?" - preguntó Tomás, su mejor amigo.
"Podemos inventar nombres para nuestros roles, como en una empresa. Yo puedo ser la directora, me encargaré de tomar decisiones. Ustedes pueden ser gerentes de tareas específicas: Lucas, tú podrías ser el jefe de jardinería, Martina la responsable de eventos y Clara, la encargada de la limpieza", explicó Ivannia.
A todos les pareció una idea divertida, así que decidieron formar el grupo ‘Guardianes del Parque’. Con cada uno tomando un rol específico, pronto empezaron a trabajar. Ivannia se aseguraba de que todos supieran qué hacer, organizando reuniones donde hacían un seguimiento de las actividades y cuidaban que los recursos se usaran correctamente.
Sin embargo, un día, ocurrió algo inesperado. Mientras estaban en plena tarea de poner flores en el jardín, el viento sopló fuertemente, desparramando las semillas que habían traído. El grupo se preocupó.
"¡Oh no! ¡Se han volado todas las semillas!" - gritó Clara.
Ivannia, con su habilidad para resolver problemas, tuvo una idea.
"No te preocupes, Clara. Esto podría ser una oportunidad. Podemos hacer una competición. Cada uno de nosotros tratará de encontrar la semillas que quedaron. ¡El que más encuentre se convierte en el ‘Rey o Reina del Jardín’!" - afirmó Ivannia con una sonrisa.
Los demás se entusiasmaron con la idea y comenzaron a buscar por todo el parque. La competencia los hizo trabajar juntos, se reían, se ayudaban y al final, ¡había más semillas de las que habían traído!
Los Guardianes del Parque decidieron usar todas las semillas encontradas y plantarlas en diferentes áreas del parque. Ivannia aprendió que con un buen trabajo en equipo y una buena estructura, cualquier contratiempo podía volverse una oportunidad.
Al cabo del tiempo, el parque se transformó en un lugar hermoso y lleno de vida, gracias a la dedicación de todos. Todo el pueblo comenzó a venir a disfrutar del hermoso jardín y de los eventos que organizaban los chicos, como picnics y juegos.
"¡Miren lo que logramos!" - decía Ivannia, orgullosa al ver cómo la comunidad se unía cada vez más.
"Es verdad, gracias a nuestra estructura, todo sale mejor" - añadió Lucas.
Y así, Ivannia y sus amigos aprendieron una valiosa lección: con una buena organización, dedicación y trabajo en equipo, no hay desafío que no se pueda superar. Colores del Viento se llenó de alegría y colores, todo gracias a la pequeña pero gran idea de Ivannia Saballos Jiménez.
Desde entonces, por cada rincón del pueblo, podías escuchar los gritos de felicidad de los Guardianes del Parque, trabajando en equipo y haciendo brillar su comunidad.
FIN.