Izan, Zaira y la mascota perdida


Izan era un niño muy curioso y travieso que vivía en una hermosa casa con un gran jardín. Un día, mientras jugaba afuera, encontró a un perrito muy triste y perdido. Sin pensarlo dos veces, Izan decidió llevarlo a casa.

Al llegar, su hermana Zaira lo recibió con entusiasmo. "¡Mira, Izan! ¿De dónde sacaste ese perrito? -preguntó Zaira, sorprendida. -Lo encontré en el parque, está perdido y muy asustado. ¿Podemos quedárnoslo, por favor? -respondió Izan con ojos suplicantes. Zaira, al ver la cara de su hermano, no pudo resistirse y aceptó. Pero antes de quedárselo, decidieron buscar al dueño del perrito. Juntos prepararon carteles con la foto del perrito y su número de teléfono, y los pegaron por toda la vecindad.

Mientras esperaban una llamada del dueño, Izan y Zaira se dedicaron a cuidar al perrito. Le dieron un buen baño, comida y un lugar cómodo para dormir. El perrito, poco a poco, empezó a sentirse en casa y a mostrar su cariño hacia los hermanos. Izan y Zaira se emocionaron mucho al verlo más tranquilo y feliz.

Una semana después, recibieron una llamada. El dueño del perrito los había visto en el parque y reconocido al ver los carteles. Izan y Zaira se pusieron tristes al saber que debían despedirse del perrito, pero sabían que era lo mejor para él. El dueño agradeció a los hermanos por cuidar a su mascota y les prometió que la visitarían a menudo.

A pesar de la tristeza de despedirse del perrito, Izan y Zaira aprendieron la importancia de ayudar a los animales perdidos y lo gratificante que es devolverlos a sus dueños. Decidieron que, en el futuro, si encontraban a otra mascota perdida, harían todo lo posible por ayudarla. Y así, con una gran sonrisa, continuaron disfrutando de su compañía en el jardín, jugando con la pelota y el gato que también se había unido a la familia.

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