Jacinta y el poder de la verdadera belleza
Había una vez en la selva un grupo de animales muy curiosos y divertidos. Entre ellos se encontraba la mona Jacinta, una monita muy coqueta que siempre soñaba con ser reina.
Un día, mientras paseaba por el bosque, Jacinta encontró a un loro bandido llamado Ramón. Este loro era conocido por sus travesuras y su habilidad para conseguir cosas difíciles de encontrar.
Jacinta se acercó a él y le dijo:- ¡Hola Ramón! ¿Qué tienes para ofrecerme hoy? El loro sonrió maliciosamente y respondió:- Hola Jacinta, tengo algo especial para ti. He traído un vestido magnífico que te hará lucir como una verdadera reina.
Jacinta no podía creerlo, estaba emocionada por tener la oportunidad de cumplir su deseo. Sin pensarlo dos veces, aceptó el vestido del loro bandido. Cuando Jacinta se puso el vestido, sintió que todo su cuerpo brillaba de felicidad.
Se miró en el espejo y quedó maravillada con lo que vio: un manto de pluma colorido y un collar hecho de espuma suave. La mona saltaba de alegría al verse tan hermosa. Corrió hacia sus amigos animales para presumirles su nuevo atuendo real.
- ¡Miren todos! ¡Soy la nueva reina de la selva! Todos los animales quedaron sorprendidos ante la elegancia de Jacinta y comenzaron a aplaudir emocionados. Sin embargo, mientras tanto, Ramón el loro bandido había ideado un plan para aprovecharse de la situación.
Quería robar el collar de espuma y hacerse con él. Una noche, mientras Jacinta dormía plácidamente en su guarida, Ramón se acercó sigilosamente. Con mucho cuidado, desató el collar de espuma y lo reemplazó por uno falso que había hecho él mismo.
Al día siguiente, cuando Jacinta despertó y vio su collar de espuma falso, se llevó una gran decepción. No entendía cómo algo tan hermoso podía haberse convertido en algo tan feo.
Muy triste y desanimada, Jacinta decidió ir a buscar a Ramón para reclamarle lo ocurrido. Pero antes de llegar a su encuentro, fue interceptada por un grupo de animales sabios del bosque: la tortuga Teresa, el elefante Ernesto y la jirafa Julia.
- ¿Qué te ocurre, querida Jacinta? - preguntaron los animales sabios al verla llorar. Jacinta les contó toda la historia del vestido y el collar falso.
Los animales sabios escucharon atentamente y luego dijeron:- Querida Jacinta, la verdadera belleza no está en lo que llevas puesto o en los adornos que te rodean. La verdadera belleza está dentro de ti misma. Eres única tal como eres. Jacinta reflexionó sobre las palabras de los animales sabios y comprendió que tenía razón.
No importaba si tenía un vestido lujoso o no; ella seguía siendo especial por ser quien era.
Decidida a dejar atrás su tristeza y demostrarles a todos que era valiosa sin importar nada más que ella misma, Jacinta regresó al lugar donde se encontraba Ramón. Cuando lo vio, sin enojarse ni reclamarle nada, le dijo:- Ramón, sé que fuiste tú quien cambió mi collar. Pero quiero agradecerte por enseñarme una valiosa lección.
La verdadera belleza no está en los objetos materiales, sino en nuestra esencia y cómo nos valoramos a nosotros mismos. Ramón quedó sorprendido por la actitud de Jacinta y se sintió avergonzado por sus acciones.
Se disculpó con ella y prometió nunca más hacer travesuras o aprovecharse de los demás. Desde aquel día, Jacinta dejó de preocuparse por ser reina y comenzó a disfrutar cada momento con sus amigos animales. Aprendió que la verdadera riqueza reside en el amor propio y en la aceptación de uno mismo.
Y así, la mona Jacinta vivió felizmente rodeada de amigos que apreciaban su autenticidad y encanto interior. Juntos formaron un gran equipo en la selva, demostrando que lo más importante es ser uno mismo sin importar las apariencias externas.
FIN.