Jacinta y el Reino Sediento



Había una vez una niña llamada Jacinta que vivía en un pequeño pueblo de Uruguay. Jacinta era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras ayudaba a su abuela en el jardín, encontró unas habichuelas mágicas escondidas entre las plantas. Jacinta, emocionada por su descubrimiento, decidió plantar las habichuelas en su propio jardín. Siguiendo las instrucciones de su abuela, las regó con cariño y esperó pacientemente a que crecieran.

Pasaron los días y Jacinta se despertó una mañana para encontrar que las habichuelas habían crecido hasta llegar al cielo. Sin pensarlo dos veces, decidió subir por ellas para explorar lo desconocido.

Cuando llegó a la cima de la planta gigante, se encontró con un hermoso país lleno de colinas verdes y ríos cristalinos. Pero también vio algo inesperado: ¡un enorme castillo flotante en el aire! Curiosa como siempre, Jacinta decidió investigar qué había dentro del castillo.

Al entrar, fue recibida por un grupo de duendes amigables que le explicaron que aquel lugar era conocido como "El Reino Mágico". "¡Bienvenida a El Reino Mágico!", exclamaron los duendes entusiasmados. —"Gracias" , respondió Jacinta emocionada.

"¿Cómo puedo ayudar aquí?"Los duendes le contaron sobre un problema en el reino: desde hace tiempo no tenían suficiente agua fresca para beber o cultivar sus alimentos debido a la sequía. Esto causaba que los habitantes del reino estuvieran tristes y desesperanzados.

Jacinta, con su espíritu aventurero y su amor por la naturaleza, decidió ayudar. Los duendes le dijeron que había una fuente mágica en lo más profundo de un bosque encantado donde podía encontrar agua fresca para el reino.

Sin perder tiempo, Jacinta se adentró en el bosque. Mientras caminaba, se encontró con diferentes criaturas mágicas como hadas y unicornios que la guiaron hacia la fuente. Después de un largo viaje, Jacinta llegó a la fuente mágica.

Llenó una botella con agua cristalina y regresó al Reino Mágico para compartirla con los duendes y los demás habitantes. Al beber el agua mágica, las plantas comenzaron a florecer nuevamente y el ánimo de todos mejoró.

El reino volvió a ser un lugar lleno de alegría y esperanza gracias a Jacinta. Agradecidos por su ayuda, los duendes organizaron una gran celebración en honor a Jacinta. La coronaron como "La Princesa del Agua" por su valentía y generosidad.

Desde ese día, cada vez que había sequía en el Reino Mágico, los duendes sabían que podían contar con Jacinta para traerles agua fresca desde Uruguay.

Jacinta aprendió muchas lecciones importantes durante esta aventura: sobre la importancia del cuidado del medio ambiente, la solidaridad y cómo incluso una niña pequeña puede hacer una gran diferencia en el mundo si se lo propone. Y así, Jacinta siguió teniendo muchas más aventuras, siempre dispuesta a ayudar y a aprender nuevas lecciones en cada una de ellas.

El Reino Mágico siempre la recordaría como su querida Princesa del Agua.

FIN.

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