Jade en el mundo del pelotero



Jade estaba emocionada porque ese día iba a visitar el pelotero con mamá y papá. Habían planeado esta salida durante semanas y por fin llegó el tan esperado momento.

Al llegar, Jade no podía contener su emoción al ver el enorme pelotero colorido y lleno de juegos. - ¡Mamá, papá, miren qué grande es! - exclamó Jade emocionada. Mamá y papá sonrieron al ver la alegría de su hija. - ¿Qué te gustaría hacer primero, Jade? - preguntó papá.

- ¡Quiero subirme al tobogán gigante! - respondió Jade. Así que, todos juntos, subieron al tobogán y se lanzaron a la diversión. Mientras reían y disfrutaban, Jade notó que había un niño solitario en un rincón del pelotero.

Se acercó a él y le preguntó si quería jugar con ellos. El niño tímido aceptó y pronto se unió a la diversión. Jade aprendió que siempre es bueno ser amable y compartir con los demás.

La tarde pasó volando entre risas, juegos y nuevas amistades. Al regresar a casa, Jade estaba agotada pero feliz. Mamá y papá le dijeron que se lo habían pasado genial y que estaba orgullosa de cómo había compartido y sido amable con el niño tímido.

Jade se durmió esa noche con una sonrisa en el rostro, sabiendo que la amabilidad puede hacer la diferencia en la vida de alguien.

FIN.

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