Jade, la niña traviesa y malcriada



Había una vez una niña llamada Jade, que vivía en un pequeño pueblo lleno de colores y risas. Jade era conocida por sus travesuras y su actitud desafiante. Siempre encontraba la manera de salirse con la suya, ya fuera desordenando los juguetes de sus amigos o haciendo alguna broma a su hermano mayor, Lucas.

Un día, mientras jugaba en el parque, Jade decidió que era un buen momento para hacer una de sus travesuras. "¡Voy a esconder la bicicleta de Lucas!" - pensó emocionada. Así que, disimuladamente, la llevó a un arbusto cercano y se fue a jugar con sus amigos, esperando que Lucas la buscara en vano.

Al regresar, vio a su hermano preocupado, buscando su bicicleta por todas partes.

"¿Por qué no venís a buscarla, Jade?" - le preguntó Lucas, con el ceño fruncido.

"No sé, tal vez se la llevó el viento, ¡es tan fuerte hoy!" - dijo Jade, tratando de contener la risa.

Pero en el fondo, algo en la expresión de Lucas la hizo sentir un cosquilleo en el estómago. Luego, sus amigos la animaron a jugar otra cosa y olvidarse de la bicicleta. Sin embargo, Jade empezó a sentir que no era tan divertido hacerle esas cosas a su hermano.

Poco después, mientras Jade y sus amigos jugaban a las escondidas, Jade decidió esconderse debajo de unas hojas. Pero en su afán por buscar un buen lugar, se perdió en el bosque.

"¿Lucas? ¡Ayuda!" - gritó, sintiendo que el miedo empezaba a tomar cuenta de ella.

A lo lejos, pudo escuchar la voz de Lucas llamándola.

"¡Jade, dónde estás!" - dijo Lucas, preocupado.

Jade se sintió triste por haber hecho enojar a su hermano. Recordó cómo siempre lo molestaba y decidió que era hora de cambiar.

"¡Estoy aquí!" - gritó, y de repente, las ramas crujieron y Lucas apareció corriendo hacia ella.

"Me tenías preocupado. ¿Por qué no me dijiste que te estabas escondiendo tan lejos?" - dijo Lucas, abrazándola.

Cuando regresaron al parque, Jade se dio cuenta de que hacerle travesuras a su hermano no solo lo hacía infeliz, sino que ella misma se sentía sola.

"Perdóname, Lucas. No quería asustarte. A veces no me doy cuenta de que mis travesuras pueden hacerte sentir mal. Te prometo que me esforzaré por ser mejor hermana." - dijo Jade con sinceridad.

Lucas sonrió y le dio otro abrazo. "Está bien, Jade. Todos hacemos errores a veces. Lo importante es aprender de ellos y seguir adelante. Podemos jugar juntos y hacer travesuras, ¡pero que sean las justas!" - dijo.

A partir de ese día, Jade se propuso usar su energía traviesa para hacer cosas divertidas que hicieran reír a los demás. Junto a Lucas, empezaron a organizar juegos en el parque y se dedicaron a inventar historias y personajes. Jade descubrió que divertir a los demás era mucho más emocionante que hacerles travesuras.

Así fue como Jade se convirtió en la niña más divertida del pueblo, pero también en la mejor hermana que Lucas podría haber deseado. Las risas llenaban el aire, y Jade aprendió que la amistad, el respeto y la diversión en equipo son mucho más satisfactorios que cualquier travesura.

Y así, Jade, la niña traviesa, se transformó en Jade, la niña divertida y comprensiva.

Y vivieron felices para siempre, en un mundo lleno de risas y juegos en los que todos se divertían juntos.

FIN.

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