Jaque mate en familia



Había una vez en un pequeño pueblo, una niña llamada Sofía. Tenía 7 años y su cabello era crespo y castaño, pero lo que más le gustaba hacer en el mundo era jugar ajedrez.

Su ficha favorita era la dama, con su poder para moverse por todo el tablero. Sofía vivía con sus abuelos, quienes también eran amantes del ajedrez. El abuelo Pedro y la abuela Marta eran delgados y siempre disfrutaban de largas partidas juntos.

Su ficha favorita era el caballo, con su peculiar forma de moverse en L. Un día, mientras jugaban en el parque del pueblo, Sofía conoció a la mamá de su mejor amiga Lara.

La mamá de Lara resultó ser dentista y se llamaba Carolina. Tenía el cabello rubio como los rayos del sol y compartió con Sofía su amor por el ajedrez.

Para sorpresa de todos, ¡su ficha favorita también era el alfil! Desde ese día, las tres mujeres formaron un equipo imbatible en el mundo del ajedrez local. Juntas participaron en torneos y ganaron muchas partidas, demostrando que no importa la edad o profesión para disfrutar de este apasionante juego.

Una tarde soleada de verano, decidieron desafiar a los abuelos al mejor de tres partidas. El abuelo Pedro movió su caballo hacia el centro del tablero mientras la abuela Marta protegía estratégicamente a su reina.

"¡Mira mamá! ¿Qué tal si movemos nuestro alfil hacia esa esquina?", sugirió Sofía emocionada. Carolina sonrió orgullosa y movió la pieza siguiendo las indicaciones de su hija. "¡Jaque mate!", exclamó Sofía después de unos cuantos movimientos más.

Los abuelos quedaron asombrados por la habilidad táctica del equipo femenino y aplaudieron entusiasmados. Desde ese día, cada domingo se reunían en el parque para jugar al ajedrez y compartir momentos inolvidables en familia.

A través del juego, aprendieron sobre paciencia, estrategia y trabajo en equipo; valores fundamentales que les ayudaron no solo en el tablero sino también en la vida cotidiana.

Y así, entre risas y jugadas maestras, esta peculiar familia demostró que no hay límites cuando se trata de aprender juntos y disfrutar cada momento como si fuera un nuevo desafío por conquistar.

FIN.

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