Jardín de amistad



Jazmín era una niña muy alegre y activa.

Le encantaba jugar en el jardín de su casa con sus juguetes y correr por todos lados, pero siempre había algo que la hacía sentir un poco triste: extrañaba a su perrita Chavela. Chavela era una perrita muy simpática y juguetona que se había convertido en la mejor amiga de Jazmín desde que llegó a la familia.

Pero cuando Jazmín salía al jardín a jugar, Chavela no podía acompañarla porque tenía que quedarse dentro de la casa para no ensuciarse o hacer travesuras.

Un día, mientras Jazmín estaba sentada en el pasto del jardín pensando en su querida Chavela, se le ocurrió una idea brillante: ¿por qué no traer a Chavela al jardín con ella? Después de todo, si lograban mantenerse limpias las dos podrían jugar juntas sin problemas. Jazmín corrió hacia adentro de la casa emocionada para buscar a Chavela.

Cuando llegó al cuarto donde dormía su perrita, encontró a Chavela durmiendo plácidamente sobre su almohadón favorito. "¡Chave! ¡Despierta! Quiero mostrarte algo increíble" - dijo Jazmin entusiasmadaChavela bostezó y abrió los ojos lentamente. Cuando vio lo emocionada que estaba Jazmin, supo que algo divertido estaba por pasar.

"¿Qué pasa?" - preguntó Chavela moviendo la cola. "Quiero llevarte afuera al jardín para jugar conmigo" - respondió Jazmin sonriendo. Chavela se levantó de un salto y empezó a mover la cola más rápido.

Ella también extrañaba a su amiga humana cuando estaba fuera del jardín, así que no podía esperar para salir y jugar con ella en el pasto. Jazmín tomó a Chavela en sus brazos y la llevó afuera al jardín.

Al principio, Chavela estaba un poco nerviosa porque no sabía si debía correr o quedarse quieta, pero después de unos minutos se animó y empezó a seguir a Jazmín por todos lados.

"¡Mira Chave! ¡Podemos jugar juntas sin ensuciarnos!" - dijo Jazmin mostrando su ropa limpia. Chavela movió la cola emocionada y empezaron a jugar al escondite detrás de los arbustos del jardín. Jazmín se sentía muy feliz porque finalmente podía compartir su tiempo libre con su mejor amiga peluda.

Pero entonces algo inesperado pasó: mientras jugaban, Chavela encontró un hueso enterrado en el pasto del jardín. Empezó a cavar frenéticamente para sacarlo y terminó ensuciándose toda con tierra y barro.

Jazmín no sabía qué hacer: por un lado, quería seguir jugando con Chavela; pero por otro lado, no quería que su perrita volviera a ensuciar todo el jardín como solía hacerlo antes. "Oh no...

¿y ahora qué hacemos?" - preguntó Jazmin preocupadaChavela notó la preocupación de Jazmín y se acercó a ella. Le lamió la mano como diciéndole que todo estaba bien y que podían seguir jugando juntas sin preocuparse por ensuciarse.

Jazmín sonrió aliviada y decidió dejar atrás sus miedos para disfrutar del momento con su amiga peluda. Ambas jugaron juntas durante horas, corriendo por el pasto, saltando sobre las hojas secas y compartiendo momentos inolvidables. Desde ese día en adelante, Jazmin aprendió a no temerle a la suciedad o al desorden en el jardín.

Descubrió que lo más importante era compartir su tiempo libre con Chavela, quien siempre estaría dispuesta a acompañarla sin importar nada más. Y así fue como Jazmín dejó de extrañar tanto a Chavela cuando salía al jardín.

Sabía que su mejor amiga peluda siempre estaría allí para compartirla con ella momentos llenos de alegría y diversión.

FIN.

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