Jasper, el perrito que caminaba en dos patitas



En un tranquilo barrio de Buenos Aires vivía Jasper, un perrito labrador muy especial. Jasper tenía la habilidad de caminar en dos patitas, pero curiosamente, solo lo hacía cuando nadie lo miraba.

Jasper vivía en casa de Martina, una niña alegre y curiosa que adoraba a su simpático compañero animal. Martina se sorprendía cada vez que veía a Jasper caminar en sus dos patitas traseras, pero por más que intentaba mostrarle a su familia, amigos y vecinos, el travieso perrito nunca lo hacía delante de ellos.

Un día, Martina decidió investigar el misterio de Jasper. Observó desde la ventana de su habitación y vio a Jasper asomarse sigilosamente por la puerta principal. Sin dudarlo, Martina salió corriendo al jardín y ¡sorpresa! Jasper estaba parado en sus dos patitas, jugueteando con una mariposa.

− Jasper, ¡te vi! ¡Puedes caminar en dos patitas! −exclamó Martina emocionada.

Jasper se sorprendió y rápidamente volvió a las cuatro patas. − ¿Cómo descubriste mi secreto, Martina? Solo lo hacía cuando nadie me miraba. −dijo Jasper, un poco apenado.

− Lo descubrí porque te estimo mucho y sé que eres especial, Jasper. Quiero ayudarte a no sentir vergüenza de ser diferente, ¡eres genial tal como eres! -respondió Martina con cariño.

Entonces Jasper comprendió que su habilidad no era algo de lo que debía avergonzarse, sino algo que lo hacía único. Aprendió a sentirse orgulloso de su singularidad y a mostrar su talento frente a todas las personas que le importaban.

Desde ese día, Jasper caminaba en dos patitas con la frente en alto y una sonrisa en el hocico, sin importar quién lo estuviera mirando.

Y así, Jasper enseñó a Martina y a todos a su alrededor la importancia de aceptar y celebrar las diferencias, porque son las que nos hacen especiales y únicos.

FIN.

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