Javi y el viaje hacia una nueva vida
Javi era un niño venezolano que vivía con su papá, su mamá y su hermana en un hermoso pueblo llamado Ciudad Bolívar. Sin embargo, un día la familia tuvo que tomar una difícil decisión. Debido a la crisis económica y política que atravesaba Venezuela, la mamá de Javi se había ido primero a Ecuador en busca de nuevas oportunidades. Después de un tiempo, su papá decidió seguir el mismo camino, tomando consigo a Javi y a su hermana, dejando atrás a toda su familia.
Javi estaba muy triste por dejar todo lo que conocía, pero su papá lo abrazó y le dijo: "Javi, sé que es difícil, pero juntos vamos a enfrentar esta nueva aventura. En Ecuador podemos encontrar un mejor futuro para todos".
Llegaron a Ecuador, un país maravilloso con paisajes hermosos y gente amable. Sin embargo, adaptarse a la nueva vida no fue fácil. Javi extrañaba a sus abuelos, tíos y primos, así como el bullicio y la alegría de su pueblo natal. Pero su papá le recordaba siempre: "Javi, la vida nos pone retos, pero también nos da la oportunidad de crecer y aprender. Enfrentemos juntos esta etapa".
Un día, Javi conoció a Mateo, un niño ecuatoriano de su edad. Mateo se acercó a Javi en el parque y le dijo: "Hola, ¿quieres jugar conmigo?". Javi, tímido al principio, asintió con una sonrisa. Pronto se hicieron amigos inseparables. Mateo le mostró a Javi los juegos que solían hacer en Ecuador, como el balón prisionero y el trompo. Javi se divirtió tanto que se olvidó por un momento de su añoranza.
Poco a poco, Javi y su familia comenzaron a adaptarse a la vida en Ecuador. Su papá encontró un empleo en una panadería y su mamá comenzó a vender artesanías venezolanas. Javi y su hermana asistieron a la escuela y aprendieron cosas nuevas todos los días.
Un día, mientras Javi y Mateo jugaban en el parque, Mateo le preguntó a Javi: "¿Por qué viniste de Venezuela?". Javi le explicó sobre la situación en su país, la dificultad de encontrar alimentos y la inseguridad que los obligó a buscar un nuevo hogar. Mateo lo escuchó atentamente y luego le dijo: "Bueno, aquí en Ecuador también somos una gran familia. Siempre estaremos juntos para apoyarnos".
A partir de ese día, Javi entendió que la familia no solamente se limita a los parientes de sangre, sino que también puede incluir a amigos, vecinos y personas que encuentras en el camino. Con el apoyo de Mateo y su familia, Javi se sintió más fuerte y lleno de esperanza.
Con el tiempo, la familia de Javi logró establecerse en Ecuador. Aunque la añoranza por su país y su familia aún estaba presente, Javi se sentía agradecido por la nueva vida que estaban construyendo juntos. Además, su papá le recordó siempre: "Javi, no importa cuánto extrañemos nuestro país, siempre llevaremos nuestro hogar en el corazón. Y aquí, en Ecuador, hemos construido un nuevo hogar, lleno de amor y esperanza".
Así, Javi aprendió que los cambios no son fáciles, pero a veces son necesarios. Y que, con amor, paciencia y la ayuda de otros, podemos superar cualquier desafío. Además, comprendió que la familia no se limita a la sangre, sino que se extiende a aquellos que nos brindan su apoyo y amistad. Javi había descubierto el verdadero significado de la familia y la importancia de estar unidos en los momentos más difíciles.
FIN.