Javi y la búsqueda de la Luna



Entre el murmullo y el canto de los ríos, se alzaba el hermoso y majestuoso Castillo de Valdivia. En su interior, vivía Javi la Reina, una niña de grandes sueños y con un cabello largo que caía como un torrente de luces doradas. Javi era conocida por su bondad y su curiosidad insaciable. Sus días estaban llenos de aventuras junto a su amado rey, quien siempre la animaba a perseguir sus sueños.

Un día, mientras Javi estaba en su balcón mirando el cielo, se dio cuenta de que la Luna no estaba.

"¿Por qué no está la Luna hoy, querido rey?"- preguntó Javi con una mezcla de tristeza y asombro.

El rey, un hombre sabio y amable, respondió:

"A veces, la Luna se esconde porque necesita descansar. Pero, ¿qué te parece si vamos a buscarla?"-

Los ojos de Javi brillaron con emoción. "¡Sí! Vamos a buscarla. La Luna siempre me ha fascinado y quiero saber por qué hoy no está."-

Así, decidieron salir del castillo. Javi, con su espíritu valiente y su corazón lleno de esperanza, comenzó a escalar árboles y montañas. Sin embargo, cada vez que creía estar cerca de ella, la Luna se escapaba un poco más.

"Es como si estuviera jugando al escondite..."- murmuró Javi, sonriendo.

Caminaron por el bosque encantado, donde conocieron a un viejo búho sabio.

"Señor búho, ¿ha visto a la Luna?"- preguntó la Reina.

"La Luna ilumina nuestro mundo, pero a veces se va para darle su lugar a las estrellas. Si la buscas, debes encontrar el camino hacia su luz,"- respondió el búho.

Javi reflexionó y, de repente, tuvo una idea.

"¡Voy a seguir las estrellas! Ellas deben guiarme hasta ella!"-

El rey sonrió y juntos comenzaron a seguir el brillo de las estrellas. Subieron colinas y cruzaron ríos, con cada paso, Javi se sentía más segura. Sin embargo, cuando llegaron a la cima de una montaña, se encontraron con un desafío. Un gran dragón, de escamas brillantes y ojos relucientes, guardaba un portal que se decía llevaba a la Luna.

"¿Quiénes se atreven a cruzar mi camino?"- preguntó el dragón, con una voz profunda.

"Nosotros buscamos a la Luna, amigo dragón. Queremos conocerla y entender por qué se ha ido. ¿Nos dejas pasar?"- respondió Javi con valentía.

El dragón, sorprendido por la valentía de Javi, decidió poner a prueba su corazón. "Si de verdad la quieres encontrar, deberás responder una pregunta: ¿qué es lo que brilla más en la oscuridad?"-

Javi pensó un momento y luego sonrió.

"Las estrellas, porque nos dan esperanza y nos guían en la noche. Pero lo que realmente brilla más es la bondad dentro de nosotros cuando ayudamos a otros,"- dijo, mirando al rey.

El dragón, satisfecho con la respuesta, les permitió pasar y les mostró un camino lleno de luces. Finalmente, después de un largo recorrido, llegaron a un claro iluminado, donde podían ver a la Luna. Estaba allí, vacilante, como si también estuviera buscando algo.

"Luna, hermosa Luna,"- gritó Javi. "¿Por qué te escondías?"-

La Luna sonrió y respondió con una voz suave:

"Me esconderme a veces es necesario. Necesito descansar, porque al siguiente día debo brillar para todos los que me admiran. Ustedes, que han tenido el valor de buscarme, han aprendido que la luz viene en muchas formas, y que cada uno de ustedes puede ser una fuente de luz para otros."-

Javi y el rey sonrieron, y Javi comprendió que su búsqueda no solo era para encontrar a la Luna, sino también para entender la importancia de ser luz en el mundo.

Con nuevos aprendizajes en su corazón, se despidieron de la Luna y regresaron al Castillo de Valdivia, sabiendo que cada vez que miraran el cielo, siempre tendrían una conexión especial con ella.

Desde ese día, Javi, la Reina, se convirtió en un faro de esperanza para todos en su reino, recordando a todos que hay magia en la búsqueda, y que la verdadera luz se encuentra en la bondad y el amor hacia los demás.

FIN.

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