Jazmín y su amor por las rosas
Había una vez una niña llamada Jazmín que vivía en un hermoso pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos. Desde pequeña, Jazmín había desarrollado un amor especial por las rosas. Su jardín estaba lleno de estas hermosas flores de todos los colores: rojas, amarillas, blancas y hasta rosas de un púrpura radiante.
Cada mañana, Jazmín se despertaba tempranito para cuidar de su jardín. "¡Buenos días, mis queridas rosas!"- exclamaba con alegría mientras les daba un poco de agua. Su mamá siempre le decía que tenía un don especial para hacerlas crecer.
Un día, mientras Jazmín estaba en su jardín, una mariposa colorida voló hacia ella y se posó suavemente en su hombro.
"¡Hola, pequeña! Soy Tila, la mariposa"- dijo la mariposa con una voz suave.
"¡Hola, Tila! Eres muy hermosa. ¿Qué te trae por aquí?"- preguntó Jazmín, emocionada.
"Vengo a buscar ayuda. Hay un jardín en la colina que ha sido descuidado y las flores están tristes. Necesitan a alguien que se las ame como tú amas a tus rosas"- explicó Tila.
Jazmín se sintió intrigada y decidió ir al jardín de la colina. "¡Vamos!"- exclamó, y juntas comenzaron su aventura.
Cuando llegaron, Jazmín se sorprendió al ver que el jardín estaba lleno de flores marchitas y hierbas malas.
"¡Pobre jardín!"- dijo Jazmín. "Necesitamos darle mucho amor y cuidado"-.
Tila la miró con esperanza. "¿Lo harás?"-
"Por supuesto que sí. ¡Voy a hacerlo brillar de nuevo!"- respondió Jazmín con determinación.
Con la ayuda de Tila, Jazmín comenzó a trabajar. Sacó la maleza, regó las flores y les habló suavemente. "No estén tristes, yo estoy aquí para ayudarles"- les decía.
Los días pasaron y Jazmín se convirtió en una amiga fiel de ese jardín triste. Poco a poco, las flores comenzaron a responder a su cariño y empezaron a florecer.
Pero un día, todo cambió. Una fuerte tormenta pasó por el pueblo, y Jazmín temía que su trabajo se arruinara. Cuando la tormenta terminó, corrió hacia el jardín de la colina, su corazón estaba lleno de miedo. Al llegar, se encontró con que muchas de las flores habían caído y el suelo estaba cubierto de barro.
"Oh no, ¿todo mi trabajo se perdió?"- lloró Jazmín.
Tila voló a su lado y le dijo: "No te desanimes, Jazmín. A veces las tormentas son parte del proceso. ¿No has visto cómo las rosas florecen después de la lluvia?"-
Jazmín miró a su alrededor. A pesar del desastre, podía ver brotes verdes que comenzaban a asomarse.
"Tienes razón, Tila. ¡Debo seguir trabajando!"- exclamó Jazmín.
Así fue como decidió que no se rendiría. Pasó días limpiando el jardín, volviendo a plantar las flores que la tormenta había dejado. Y con cada nuevo rayo de sol, las flores que ya estaban allí empezaron a crecer aún más fuertes.
Finalmente, el jardín floreció como nunca antes.
"¡Mira, Tila!"- dijo Jazmín, llena de alegría. "Las flores están más bellas que antes."-
"Todo gracias a tu amor y esfuerzo, Jazmín. Has hecho un trabajo increíble"- respondió Tila, emocionada.
El jardín pronto se convirtió en el lugar favorito de todos los habitantes del pueblo, y cada año, celebraban un festival de flores en honor a Jazmín y su dedicación.
"Las flores me han enseñado que con amor y esfuerzo, las cosas pueden renacer, ¡incluso después de la tormenta!"- dijo Jazmín en el festival, inspirando a otros a cuidar de la naturaleza y a valorar la belleza que las rodea.
Y así, Jazmín y Tila continuaron cuidando de su jardín juntos, demostrando que el amor puede traer alegría a todos y que el trabajo en equipo siempre vale la pena. Desde entonces, nunca hubo un día en que no se celebrara el amor por las flores, y cada rosa que florecía era un recordatorio de que siempre hay esperanza, incluso en los momentos difíciles.
FIN.