Jessica y la Tormenta Valiente



En un hermoso valle rodeado de montañas, vivía una dragona llamada Jessica. Ella era muy especial, no solo porque tenía escamas brillantes como el arcoíris, sino porque a pesar de ser un dragón, tenía un gran miedo a volar. Todos sus amigos, los otros dragones y criaturas del bosque, eran ágiles en el aire, haciendo acrobacias y jugando en las nubes. Jessica, sin embargo, prefería quedarse en el suelo, mirando al cielo con envidia.

Un día, mientras estaba sentada junto al lago admirando la belleza del paisaje, un fuerte viento comenzó a soplar. Las nubes grises y oscuras se reunieron en el horizonte, y una tormenta se avecinaba. Jessica, al notar el peligro, se preocupó por sus amigos.

"¿Y si mis amigos quedan atrapados en la tormenta?" pensó, sintiendo un nudo en el estómago. Y, para su sorpresa, de la nada, escuchó el llamado de su mejor amigo, Leo, el dragón dorado.

"- ¡Jessica, ayúdanos! Estamos atrapados en una nube oscura!" gritó Leo, con la voz temblando por el miedo.

Jessica sintió que su corazón palpitaba fuertemente. Sabía que debía hacer algo. "- No puedo volar, no puedo... " se decía a sí misma. Pero el sonido de sus amigos en apuros resonó en su mente.

Sin pensarlo más, Jessica tomó una decisión. "- ¡Ya fue! Si los necesito, ¡debo intentar volar!"

Con un gran esfuerzo, corrió hacia el despejado campo y, con un poderoso salto, extendió sus alas. Al principio, su cuerpo temblaba y sentía un enorme miedo en su pecho, pero cuando miró hacia el cielo, vio a Leo y a los demás dragones luchando contra el viento. En ese instante, el miedo se transformó en determinación.

"- ¡Voy a ayudar a mis amigos!" exclamó, y dio su primer aleteo. Jessica se elevó en el aire, primero un poco, luego más alto. Miró a su alrededor y, con cada aleteo, el miedo se iba desvaneciendo. "- ¡Estoy volando! ¡Lo estoy haciendo!" dijo emocionada.

Al acercarse a la nube oscura, vio a Leo atrapado, junto con otros amigos dragones que intentaban salir. "- ¡León, estoy aquí!" gritó con toda su fuerza.

"- ¡Jessica! Nos estamos cayendo, necesitamos ayuda!" respondió Leo.

Jessica, aunque asustada, sabía que debía actuar. "- ¡Agárrense! ¡Voy a darles un empujón!" gritó. Con gran valentía, giró en el aire y, con todo su poder, empujó a Leo y a los demás dragones hacia el lado seguro.

Luego de un esfuerzo increíble, ¡lo logró! Los dragones comenzaron a salir de la nube oscura, uno tras otro. A medida que salían, la risa y los gritos de júbilo llenaban el aire.

"- ¡Gracias, Jessica! Eres increíble!" le gritaron. Ella sonrió, su corazón estaba lleno de alegría. No solo había ayudado a sus amigos, ¡sino que había vencido su miedo a volar!

Cuando la tormenta finalmente se disipó y el sol volvió a brillar, Jessica se dio cuenta de que la verdadera valentía no radica en no tener miedo, sino en enfrentar ese miedo por los que amamos. Descubrió que podía volar alto y con confianza.

Desde ese día, Jessica voló con sus amigos y se convirtió en la dragona más valiente del valle. Todos la admiraban no solo por su belleza, sino también por su gran corazón. Y así, cada vez que el viento soplaba y los cielos se oscurecían, Jessica sabía que estaba lista para ayudar a cualquiera que lo necesitara, porque había aprendido que enfrentar nuestros miedos no solo nos libera, ¡sino que también fortalece a los que nos rodean!

FIN.

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