Jesús y la magia de la generosidad
Había una vez un hermoso día en Cartagena, una ciudad llena de colores y alegría. Jesús decidió dar un paseo por las calles para conocer a las personas y disfrutar del ambiente.
Mientras vagaba por el centro de la ciudad, vio a una familia muy amorosa sentada en un banco del parque. Había una mamá, un papá y dos pequeños niños jugando felices.
Jesús se acercó a ellos con una sonrisa amigable y dijo: "¡Hola! Soy Jesús, ¿cómo están?"La mamá lo miró sorprendida y respondió: "¡Oh, hola Jesús! Soy Carolina, este es mi esposo Pablo y nuestros hijos Martín y Sofía.
"Los niños miraron a Jesús con curiosidad mientras él continuaba: "Estoy de viaje visitando diferentes lugares del mundo. Me encanta conocer nuevas culturas y hacer nuevos amigos". Pablo preguntó emocionado: "Jesús, ¿quieres acompañarnos hoy? Podemos mostrarte los lugares más bonitos de Cartagena". Jesús aceptó encantado la invitación y juntos iniciaron su recorrido por la ciudad.
Primero fueron al mercado local donde pudieron probar frutas exóticas como la guanábana y el zapote. Después caminaron por las coloridas calles empedradas del casco antiguo de la ciudad, admirando los balcones adornados con flores tropicales.
Durante el paseo, Jesús notó que había muchos niños trabajando en la calle vendiendo souvenirs o limpiando zapatos. Le preocupaba que no tuvieran tiempo para jugar ni recibir educación.
Entonces, decidió preguntarle a Martín y Sofía: "¿Ustedes van a la escuela?"Martín respondió tristemente: "No, Jesús. Mi hermana y yo no podemos ir a la escuela porque nuestros padres no tienen suficiente dinero para pagarla". Jesús se entristeció al oír eso y tomó una decisión.
Se dirigió a Carolina y Pablo diciendo: "Me gustaría ayudar a Martín y Sofía a recibir educación. ¿Les importaría si les pago los estudios?"Carolina y Pablo estaban abrumados por la generosidad de Jesús. Agradecidos, aceptaron su ayuda sin dudarlo.
A partir de ese día, Jesús se convirtió en el tutor de Martín y Sofía. Los llevaba todos los días a una escuela cercana donde pudieron aprender nuevas cosas y hacer amigos.
Poco a poco, los niños comenzaron a destacarse en sus estudios gracias al apoyo de Jesús. Su amor por el aprendizaje creció cada día más. Un año después, Martín ganó una beca para continuar sus estudios en una universidad prestigiosa mientras que Sofía se destacaba en las artes plásticas.
Jesús estaba muy orgulloso de ellos pero sabía que era hora de seguir adelante con su viaje. Después de despedirse con lágrimas en los ojos, continuó su camino hacia otros lugares llenos de historias por descubrir.
La familia siempre recordará aquel encuentro especial con Jesús como un momento mágico que cambió sus vidas para siempre. Y aunque ya no estuviera físicamente junto a ellos, siempre llevarían su amor y gratitud en sus corazones.
Y así, Jesús continuó su viaje por el mundo, inspirando a las personas a ayudarse mutuamente y recordándoles la importancia de la educación y el amor incondicional.
FIN.