Jimena y Lucas, enfrentando el miedo juntos



Había una vez una niña llamada Jimena, a quien le encantaba jugar y divertirse como cualquier niño de su edad. Sin embargo, había algo que la preocupaba mucho: tenía un miedo terrible al dentista.

Cada vez que sus padres le decían que tenían una cita con el dentista, Jimena se ponía muy nerviosa y comenzaba a temblar. Un día, mientras jugaba en el parque con su amigo Lucas, Jimena le confesó su miedo al dentista.

Lucas era un niño valiente y siempre estaba lleno de ideas ingeniosas para ayudar a sus amigos. Al escuchar la preocupación de Jimena, se puso pensativo y luego dijo: "Tengo una idea genial para ti, Jimena".

Ambos niños fueron corriendo hasta la biblioteca del pueblo y buscaron libros sobre los dientes y el cuidado dental. Allí encontraron ilustraciones coloridas de sonrisas brillantes y dientes sanos.

Mientras exploraban los libros, descubrieron muchos datos interesantes sobre cómo mantener los dientes limpios y saludables. Jimena aprendió que visitar al dentista regularmente era importante para prevenir problemas en sus dientes. Pero aún así, seguía sintiendo miedo solo de pensar en sentarse en esa silla del consultorio dental.

Decidieron ir a hablar con la abuela de Lucas porque sabían que ella tenía mucha experiencia en superar miedos. La abuela les contó historias sobre cómo había enfrentado sus propios temores cuando era joven.

La abuela sugirió a Jimena practicar lo que llaman "juego de roles". Le explicó que podían hacer un juego donde uno sería el dentista y otro el paciente. Así, Jimena podría experimentar cómo sería ir al dentista sin tener que sentir miedo real.

Jimena aceptó la idea y Lucas se convirtió en su dentista imaginario. Con su bata blanca improvisada y una silla de juguete, comenzaron a jugar al —"dentista" .

Lucas explicaba cada paso del proceso mientras revisaba los dientes de Jimena con un espejo y un pequeño gancho. A medida que pasaban los días, Jimena comenzó a sentirse más cómoda con la idea de ir al dentista.

Su miedo empezó a disminuir lentamente gracias al juego de roles y a toda la información valiosa que había aprendido en los libros. Finalmente, llegó el día de la cita con el dentista real. Aunque todavía sentía un poco de nerviosismo, recordó todo lo que había aprendido y sintió confianza en sí misma para enfrentarlo.

Cuando entraron juntos al consultorio dental, Jimena se sorprendió gratamente por lo amable y cariñoso que era su dentista. Él le explicó cada paso antes de hacer cualquier cosa y respondió todas sus preguntas pacientemente.

Jimena descubrió que no había razón para tener miedo. El tiempo pasó rápidamente durante la visita al dentista y cuando salieron del consultorio, estaba sonriendo ampliamente. Desde ese día, Jimena ya no tenía miedo del dentista.

Había superado su temor gracias a la ayuda de su amigo Lucas, las enseñanzas de los libros sobre dientes saludables y el apoyo amoroso del equipo dental. Ahora Jimena visitaba regularmente al dentista sin preocuparse ni temblar.

Se dio cuenta de que el dentista era un amigo que cuidaba de su sonrisa y le ayudaba a mantener una boca sana. A partir de entonces, Jimena se convirtió en una defensora del cuidado dental y compartía sus experiencias con otros niños para ayudarles a superar sus miedos.

Aprendió que enfrentar los temores puede ser difícil al principio, pero siempre hay una forma de superarlos con valentía y apoyo.

FIN.

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