Jin y el viaje a la luna



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía una niña llamada Jin. Desde que era muy chiquita, Jin siempre había soñado con conocer la luna.

Cada noche, se escapaba a su ventana y miraba hacia arriba, preguntándose cómo sería estar tan cerca de ese misterioso y brillante objeto en el cielo. Un día, Jin decidió que ya era hora de hacer realidad su sueño.

Le pidió ayuda a sus amigos del pueblo para construir un cohete que pudiera llevarla hasta la luna. Todos se rieron al principio, pero al ver la determinación en los ojos de Jin, decidieron ayudarla.

"¡Vamos chicos, tenemos mucho trabajo por delante si queremos llegar a la luna!", exclamó Jin emocionada. Durante semanas trabajaron juntos, buscando materiales y construyendo el cohete en secreto. Finalmente, llegó el día del lanzamiento.

Con los motores encendidos y el corazón latiéndole fuerte en el pecho, Jin abordó el cohete y gritó:"¡Hasta pronto amigos! ¡Voy a cumplir mi sueño!". El cohete despegó con un estruendo ensordecedor y comenzó a ascender hacia lo alto.

Jin miraba por la ventana con ojos llenos de asombro mientras veía cómo las estrellas se acercaban cada vez más. Sin embargo, algo inesperado sucedió: una tormenta espacial estalló repentinamente y sacudió violentamente el cohete. Los amigos de Jin miraban desde abajo con angustia mientras veían cómo el cohete perdía control y se alejaba rápidamente.

"¡Jin! ¡Jin! ¡Ten cuidado!", gritaban desesperados. El cohete giraba sin control por el espacio intergaláctico hasta que finalmente logró estabilizarse justo frente a la luna.

Jin estaba maravillada al verla tan cerca, podía ver cada cráter y cada detalle de su superficie iluminada por el sol. "¡Lo logré! ¡Estoy junto a la luna!", exclamaba Jin emocionada mientras flotaba en gravedad cero dentro del cohete.

Pero entonces recordó algo importante: ¿cómo iba a regresar a casa? El combustible del cohete estaba agotándose rápidamente y no tenía forma de volver al pueblo. Desesperada por encontrar una solución, Jin recordó las historias que le contaban sus abuelos sobre criaturas mágicas que habitaban la luna.

Decidió salir del cohete y explorar en busca de ayuda. Para su sorpresa, encontró un grupo de pequeños seres luminosos que bailaban bajo la luz plateada de la luna.

Le explicaron que tenían poderes especiales para ayudarla a regresar a casa si cumplía tres pruebas: demostrar valor enfrentando sus miedos; mostrar bondad ayudando a otros seres; y tener paciencia para esperar el momento adecuado para partir. Jin aceptó el desafío con valentía e inició las pruebas acompañada por los seres luminosos.

A medida que pasaba las pruebas aprendió importantes lecciones sobre coraje, solidaridad y perseverancia. Finalmente llegó el momento de regresar a casa.

Los seres luminosos usaron sus poderes para abrir un portal dimensional que llevaba directo al pueblo donde todos esperaban ansiosos su regreso. Al aparecer frente a ellos sana y salva recibió una ovación emocionante seguida por abrazos afectuosos llenos de lágrimas felices.

Desde ese día, Jin compartió con todos las enseñanzas adquiridas durante su viaje lunar inspirando así a otros niños del pueblo seguir sus sueños sin importar lo imposible parezcan. Y aunque nunca volviò fisicamente allí,encontrò consuelo sabiendo qe siempre vivirà dentro d esos recuerdos lunares...

FIN.

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