Joan y la Aventura Estelar



En un pequeño pueblo llamado Esparreguera, vivía un niño curioso llamado Joan. Desde su ventana, miraba las estrellas cada noche y se preguntaba qué habría más allá de su hogar.

Una tarde, mientras recorría su vecindario, Joan encontró un viejo telescopio en el ático de su abuelo. "¿Qué será esto?"- se preguntó mientras lo limpiaba.

Con la ayuda de su amigo Leo, decidieron montarlo en el patio. "Vamos a ver si podemos descubrir algo especial."- dijo Leo emocionado. Ambos amigos apuntaron hacia el cielo, y al mirar a través del telescopio, se sorprendieron al ver un hermoso anillo alrededor de un planeta.

"¡Mirá, Joan! ¡Es Saturno!"- exclamó Leo. Joan, emocionado, se imaginó volando hacia ese planeta misterioso. "¿Y si tuviéramos una nave espacial?"- dijo. Leo sonrió. "¡Eso sería increíble!"-

Esa noche, antes de dormir, Joan soñó que tenía una nave espacial que lo llevaba a explorar el universo. Cuando se despertó, decidió que debía investigar más sobre el Sistema Solar. Durante el desayuno, le preguntó a su mamá:

"Mamá, ¿puedes ayudarme a aprender sobre los planetas?"-

"Claro, hijo. Hoy podemos ir a la biblioteca. Había un libro que leí sobre el Sistema Solar que estoy segura que te va a gustar."- La sonrisa de Joan creció al escuchar eso.

En la biblioteca, encontraron un libro enorme lleno de imágenes brillantes de planetas y estrellas. Mientras pasaban las páginas, Joan encontró un mapa del Sistema Solar. "Mirá, mamá. Aquí dice que somos el tercer planeta desde el sol. ¿Qué habrá en los otros planetas?"-

"Cada planeta tiene su propia historia. Mercurio es el más cercano al sol y Venus es muy caliente. Luego viene la Tierra y después Marte, que tiene montañas enormes y valles profundos. En Júpiter hay una tormenta gigante, y Saturno tiene esos anillos preciosos. ¿No es fascinante?"-

Joan se quedó con la boca abierta. "¡Quiero aprender todo sobre ellos!"-

Así que comenzaron a investigar todos los planetas. Descubrieron que Júpiter era tan grande que podrían caber mil Tierras en él. A medida que leían, Joan y Leo comenzaron a crear un proyecto sobre el Sistema Solar.

"Podemos hacer un modelo de los planetas con cartón y pintura. ¡Y podemos presentar nuestro proyecto en la clase!"- sugirió Leo.

Joan estaba encantado. Pasaron el siguiente mes construyendo su modelo y aprendiendo más. Joan incluso se pintó la cara como un astronauta para la presentación. Cuando llegó el día, los demás chicos estaban impacientes.

"Hoy, Joan y Leo nos llevarán a un viaje por el Sistema Solar."- anunció la profesora.

El aula se llenó de risas y murmullos curiosos. Joan tomó el micrófono.

"¡Hola a todos! Vamos a conocer a cada uno de los planetas. Primero, este es Mercurio. Es pequeño y caliente porque está cerca del sol."-

Continuaron presentando el resto de los planetas. Cuando terminaron, la maestra aplaudió. "¡Muy bien! Cada uno de ustedes ha demostrado que aprender sobre el cosmos es muy divertido."-

De repente, Joan sintió un cosquilleo en su pancita. "Creo que me gustaría ser astronauta cuando sea grande."- Dijo. Leo asentía con entusiasmo. "¡Sí! ¡Podremos explorar nuevos mundos!"-

Al salir de la escuela, Joan miró una vez más hacia el cielo. Pensó en las estrellas y en las aventuras que aún le esperaban. "Cada noche habrá algo nuevo por descubrir, Leo."- dijo.

"Exacto, amigo. Vamos a ver qué más podemos encontrar en nuestras noches estrelladas. ¡El universo es gigante!"-

Y así, con su amor por las estrellas y el deseo de aprender, Joan y Leo se embarcaron en una aventura que nunca terminaría. Cada día estaba lleno de nuevos descubrimientos, cada estrella era un nuevo amigo, y el universo les prometía infinitas sorpresas.

Fin.

FIN.

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