Joquina y su caracol enfermo


Había una vez una niña llamada Joquina que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques. Un día, mientras caminaba por el jardín de su casa, encontró un pequeño caracol arrastrándose en la hojarasca.

Joquina se acercó al caracol y lo observó detenidamente. Era pequeño, de color marrón oscuro y tenía una almeja brillante en espiral. La niña sintió curiosidad por él y decidió llevárselo a casa para cuidarlo. "Hola, pequeñito.

"- dijo Joquina al caracol. "Te llevaré a mi casa para que estés seguro. "Y así fue cómo Joquina se convirtió en la orgullosa dueña del caracol más lento del mundo.

Lo llamó —"Tornillo"  porque parecía estar siempre atornillándose hacia adentro de su almeja. Joquina pasaba horas jugando con Tornillo, observando cómo se deslizaba lentamente sobre las hojas verdes del jardín o subiendo por los troncos de los árboles cercanos. Pero pronto comenzaron los problemas.

Un día, después de jugar durante horas con Tornillo, Joquina lo dejó descansando sobre una flor y fue a buscar algo para comer. Cuando regresó, el caracol había desaparecido. "¿Dónde está mi Tornillo?"- preguntó angustiada Joquina mientras buscaba por todos lados.

"¡No puede haberse ido!"Después de mucho buscar y llorar desconsoladamente, finalmente encontraron a Tornillo debajo de un arbusto, escondido entre las hojas. Joquina estaba aliviada de tenerlo de vuelta, pero también preocupada por su seguridad.

"Debemos ser más cuidadosos con Tornillo"- dijo la niña a su hermano mayor. "No quiero que nada malo le pase. "Y así fue cómo Joquina comenzó a aprender sobre la responsabilidad y el cuidado de los animales.

Aprendió que los caracoles son criaturas frágiles y necesitan un ambiente seguro para vivir. También aprendió que no debía dejarlos solos por mucho tiempo y siempre asegurarse de saber dónde estaban. Con el tiempo, Tornillo se convirtió en un miembro más de la familia.

Joquina lo llevaba consigo a todas partes y lo presentaba orgullosa a sus amigos del colegio. Pero un día, algo extraño ocurrió con Tornillo. De repente dejó de moverse y su almeja comenzó a ponerse blanda y pegajosa.

"¡Algo anda mal con Tornillo!"- gritó Joquina mientras corría hacia su casa. "¡Necesitamos ayuda!"Después de llevarlo al veterinario local, descubrieron que Tornillo había contraído una enfermedad llamada "moco pegajoso".

El veterinario les explicó que esto era común en los caracoles cuando estaban expuestos a ambientes húmedos durante demasiado tiempo. Joquina estaba devastada. ¿Cómo podía salvar a su querido amigo? Pero entonces recordó algo importante: ella había estado aprendiendo sobre el cuidado responsable de los animales todo este tiempo.

Sabía qué hacer para ayudar a Tornillo. Siguiendo las instrucciones del veterinario, Joquina bañó a Tornillo en agua tibia y lo colocó en un lugar seco y soleado. También le dio alimentos frescos y nutritivos para ayudarlo a recuperarse.

Después de unos días, Tornillo comenzó a mejorar. Su almeja volvió a ser dura y brillante, y comenzó a moverse lentamente por el jardín de nuevo. "¡Lo hicimos!"- exclamó Joquina mientras abrazaba a su caracol.

"Gracias por enseñarme cómo cuidar de ti. "Y así fue cómo Joquina aprendió la importancia del cuidado responsable de los animales. Aprendió que todos los seres vivos merecen amor y respeto, independientemente de su tamaño o velocidad.

Y junto con Tornillo, vivieron felices para siempre en el pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques.

Dirección del Cuentito copiada!