Jordana y el valiente rescate



Había una vez una pequeña niña llamada Jordana, quien tenía cinco años y vivía en un hermoso pueblo rodeado de montañas.

Jordana era muy curiosa y siempre estaba llena de energía, pero había algo que le asustaba mucho: las vacunas. Cada vez que llegaba el día de su cita con el doctor para recibir una vacuna, Jordana se ponía muy nerviosa.

Le temblaban las piernas y sentía un nudo en el estómago solo de pensar en la aguja pinchando su piel. Aunque sus padres intentaban explicarle lo importante que eran las vacunas para mantenerla sana, ella aún tenía miedo.

Un día, mientras jugaba en el jardín con su osito de peluche favorito llamado Pepito, escuchó un ruido extraño proveniente del árbol más alto del vecindario. Curiosa como siempre, decidió investigar qué estaba pasando. Al acercarse al árbol vio a un pajarito atrapado entre las ramas.

Jordana se sintió triste por el pajarito e inmediatamente pensó en cómo ayudarlo. Sin embargo, no sabía cómo hacerlo sola. Decidió pedir ayuda a sus amigos del vecindario: Lucas, Sofía y Mateo. "¡Chicos! ¡Hay un pajarito atrapado en el árbol!", exclamó Jordana emocionada.

Los tres amigos corrieron hacia ella y juntos idearon un plan para salvar al pajarito. Usaron una escalera larga y con mucho cuidado lograron rescatarlo sin lastimarlo.

El pajarito voló felizmente hacia el cielo mientras los cuatro amigos lo observaban con una sonrisa en sus rostros. Jordana se sintió muy orgullosa de haber ayudado a un ser vivo en apuros. "¡Jordana, eres una heroína!", exclamó Sofía emocionada. Jordana sintió un cosquilleo de felicidad y valentía recorriendo todo su cuerpo.

Se dio cuenta de que había superado su miedo para hacer algo bueno por alguien más. Ese día, Jordana aprendió que enfrentar nuestros miedos puede traer grandes recompensas.

A partir de ese momento, Jordana decidió aplicar esa misma valentía cuando llegara el día de sus vacunas. Aunque aún sentía un poco de nervios, recordaba cómo había salvado al pajarito y eso le daba la fuerza necesaria para seguir adelante.

Cuando llegó el día de su próxima cita con el doctor, Jordana respiró profundamente y entró a la sala llena de confianza. El médico le explicó nuevamente por qué era importante recibir las vacunas y cómo protegerían su salud.

Con cada pinchazo, Jordana cerraba los ojos y pensaba en el pajarito volando libremente gracias a su valentía. Poco a poco, fue superando su miedo hasta que finalmente recibió todas las vacunas sin llorar ni sentir tanto temor como antes.

Desde aquel día, Jordana entendió que aunque las vacunas pueden causar un poquito de dolor temporalmente, son esenciales para mantenernos sanos y protegernos contra enfermedades peligrosas.

Y así fue como nuestra pequeña heroína llamada Jordana dejó atrás sus miedos y se convirtió en una niña valiente, lista para enfrentar cualquier desafío que la vida le presentara.

FIN.

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